Lo mejor en alquiler de coches baratos en Francia
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Una muy buena opción para descubrir el país galo es el alquiler de coches, lo cual se pueden realizar en aeropuertos, puertos o en el interior de sus principales ciudades. Se puede recurrir a empresas como Avis, Rent a Car, Europcar, Hertz, Enterprise, Keddy, Thrifty, Sunnycars, Dollar, Sixt, Ucar, Alamo, Rentis, Green Motion,Clickrent, Drivalia, Topcar, Record, Autoclick, Rhodium, Global Rent a car, Owners, Aircar, Firefly, Budget, Goldcar y Citer. El conductor debe tener más de 22 años y disponer de un año de experiencia conduciendo. Una recomendación es reservar el vehículo para evitar incómodas sorpresas. La reserva es posible de manera digital y en cualquier momento en la web de las empresas señaladas. De esta manera el cliente se crea una cuenta y busca, en los días que sea necesario, el modelo de coche que mejor le vaya, de esta manera no habrá que conformarse con cualquier coche. Estas reservas nos sirven para cuantificar el precio total del alquiler del auto con la posibilidad de cancelarlas de manera gratuita, si es con una antelación de un día antes de la fecha acordada. También es importante valorar la selección del seguro de tráfico y de su cobertura. Otro detalle a tener en cuenta es que el día de recogida hay que llevar la documentación personal, un permiso internacional de conducir y una tarjeta de crédito, con la cual pagar y dejar una señal que servirá de aval con el que la empresa se cobrará cualquier retraso, desperfecto o multa dirigida al conductor. Dicho aval equivale al 22% del precio total del auto. En caso de que todo haya ido bien la empresa reembolsa el dinero bloqueado en un plazo de dos semanas. Quien no quiera alquilar un coche puede usar el metro, el autobús, el taxi o uber.
Conducir en Francia es similar a hacerlo por el resto de Europa, aunque hemos de tener en cuenta que la inmensa mayoría de las autovías son de peaje, con un tributo medio de dos euros para que te levanten la barrera. Los límites de velocidad son de 130 km/h en autopistas, de 110km/h en carretera y 50 km/h en vías urbanas. La tasa de alcohol permitida es del 0,05%, aunque siempre es mejor no tomar absolutamente nada y evitar cualquier problema. Merece la pena destacar que la legislación francesa es muy estricta con los incumplimientos del código de circulación, con lo cual sus multas son bastante severas. Cualquier persona que viaje en coche está obligada a llevar el cinturón de seguridad, también en los asientos traseros.
La inmensidad de Francia nos invitará a conducir por sus lugares más clásicos y podremos descubrir nuevos encantos rurales y naturales. El roadtrip que elijamos hará de la visita algo inolvidable.
La ciudad de la luz, capital francesa y centro cultural nacional. Con una superficie mayor de 105 kilómetros cuadrados y superando los dos millones de habitantes, esta gran ciudad nos hará descubrir infinidad de roadtrips de más de una hora. En sus calles y barrios encontramos museos como los imprescindibles Louvre y Orsay. Enclaves como la archipopular Torre Eiffel, la catedral de Notre Dame, el parque de Les Touleries, el barrio Latino, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo o pasear junto al Sena.
A siete horas de la capital por carretera encontramos la Provenza, a más de 700 kilómetros de distancia. Es quizás un claro reflejo de la nación, a medio camino entre la mundanidad de la Costa Azul y la sencilla atemporalidad de sus paisajes. Posee territorios reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, como centros históricos de interés como Aix-en-Provence, Avignon, Arles, Orange, las aguas claras de Antibes, Cannes, el Principado de Mónaco y Saint-Tropez. Finalmente podemos acabar nuestra roadtrip en Marsella o junto al encanto de Niza.
Esta roadtrip a Bretaña desde París es de sólo cuatro horas en coche, ya que se cruzarán más de cuatrocientos kilómetros de carreteras. Podemos descubrir hermosos paisajes, como el Mont Saint-Michel, en la frontera entre Bretaña y Normandía. Se verán ciudades de origen romano como Rennes o Vannes, con un patrimonio bien mantenido como el castillo de los Duques de la Bretaña o el pueblecito medieval de Saint-Malo. Con nuestro coche pasaremos por Chateaulaudren, Combourg, Josselin, Bécherel, Roscoff, Tréguier y Moncotour, con un claro sabor medieval en algunas de sus contrucciones como iglesias, murallas y ayuntamientos. Su gastronomía le añade un toque distintivo al sabor de los fogones franceses, destacando sus embutidos, productos del mar, postres y creperías. También disponen de una serie de sidras con denominación de origen.