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El Magazine del Viajero
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Del tren más rápido, al más austral, pasando por el más lujoso, el más literario y el más extravagante. Te proponemos un itinerario por algunos de los trenes más singulares del mundo.

Durante mucho tiempo, el tren ha sido todo un símbolo del progreso. Todavía hoy su tecnología nos sigue asombrando y no dejan de aparecer nuevas mejoras que permiten que siga siendo un transporte que rompe récords. Y no sólo en el aspecto técnico. Existen líneas ferroviarias temáticas que jamás imaginarías por su extravagancia y originalidad. Te invitamos a que conozcas 10 de los trenes más impresionantes para inspirarte en tu próximo viaje en tren.

El más rápido…

Este tren es casi literalmente un visto y no visto. El Maglev, abreviatura de “vehículo superconductor de levitación magnética”, es de fabricación japonesa y alcanzó el récord de 603.5 kilómetros por hora en un viaje de prueba que tuvo lugar en 2015. Con ese primer viaje, rompía el récord fijado hacía 12 años con 580.9 kilómetros por hora.

Su sistema de funcionamiento parece magia, pero es pura ciencia: mediante un sistema de levitación magnética este tren consigue que el campo magnético le eleve hasta 10 centímetros y le impulse. De este modo el único elemento de fricción es el aire, permitiendo que alcance esas velocidades asombrosas.

Maglev, el tren de levitación magnética

… y el más lento

El Glaciar Express es conocido como el expreso más lento del mundo conecta Sankt Moritz con Zermatt. Una ruta de 7 horas de duración que pasa por 291 puentes y atraviesa 91 túneles. Todo un recorrido de 275 km a lo largo de los Alpes suizos que prorpociona al viajero unas inolvidables vistas. Con paisajes como estos, que sea el más lento del mundo es un punto a favor, ¿no crees?

El más austral…

“El Tren del Fin del Mundo”. Con este evocador nombre se conoce a la línea de tren más austral del mundo ubicada en Tierra de Fuego, en Argentina. Con un recorrido de apenas dos horas ida y vuelta, este tren ofrece la experiencia de asomarse a uno de los lugares más remotos del planeta. En el pasado, era un tren que se utilizaba para transportar a presidiarios desde la cárcel de Ushuaia hasta la ladera del Monte Susana con el fin de que recogieran diferentes materiales de construcción. Hoy, como es natural, se ha convertido en una atracción turística muy interesante que, además, puede complementarse con una visita al Parque Nacional de Tierra de Fuego.

El tren del fin del mundo, en Argentina

… y el más septentrional

La Nordlandsbnanen es la línea de tren del Norte de Noruega, una línea de las más antiguas de Europa. Conecta la localidad de Trondheim con Bodo, situada más allá del Circulo Polar Ártico. Un recorrido de 729 kilómetros que tarda más de diez horas en completar. El trayecto supone todo un viaje por parajes nevadas, fiordos e interminables bosques. Con motivo de su 50 aniversario, la cadena televisiva noruega NRK realizó un vídeo de todo el trayecto. Diez horas que nos permiten sentir (si aguantamos hasta el final) la experiencia de viajar en esta mítica línea ferroviaria.

El de más altitud

Se trata de un tren que recorre la alta cordillera del Tíbet. Las altitudes que alcanza el conocido como Lhasa Express llegan a los 4.000 metros, conectando Xining con Lhasa. Un trayecto de tanta altura que la compañía pone a disposición de sus clientes un sistema de abastecimiento de oxígeno.

El más lujoso 

Y, por tanto, el más caro: el Rovos Rail es un hotel de cinco estrellas sobre raíles. Cubre diversas rutas sudafricanas entre las que destacan la Pretoria-Durban, Pretoria-Cataratas Victoria, Ciudad del Cabo-Dar es Salaam y Pretoria-Swakopmund. Los precios dependen de la ruta aunque son invariablemente altos: por ejemplo, las dos noches entre Pretoria y Durban pueden salir por 1.200 € por persona y los 28 días de la ruta Ciudad del Cabo-El Cairo por 38.500 €.

El más curioso

Se trata del conocido como ferrocarril colgante de Wuppertal, el único tren urbano de estas características de todo el continente. Se encuentra en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia y fue inaugurado en 1901 por el emperador Guillermo II, lo que le convierte también en uno de los monorraíles en activo más antiguos del mundo.

El tren tiene un recorrido de 13,3 kilómetros a lo largo de 20 estaciones y viaja suspendido sobre 12 metros sobre el río Wupper y sobre 8 metros por las calles de la ciudad. La duración total del viaje son 30 minutos y se calcula que transporta 80.000 pasajeros al día.

El tren colgante de Wuppertal

El más literario (y cinematográfico)

El Orient Express podría estar en la clasificación de los más conocidos, o los más evocadores; sin embargo, se ha distinguido también por ser el más literario. El “Asesinato en el Orient Express” es una novela de Agatha Christie bien conocida por los amantes del género policiaco, aunque también por el gran público como consecuencia de su exitosa adaptación cinematográfica.

El más gatuno

El Tamaden, o tren Tama, es uno de los trenes más excéntricos del mundo. Puede encontrarse en Japón, país amante de la más alta tecnología ferroviaria pero donde iniciativas irreverentes como esta también encuentran gran acogida.

Esta línea de inspiración gatuna tiene una interesante historia. Todo comenzó cuando la empresa Wakayama Electric Railway compró una línea de tren deficitaria. Para impulsar su rentabilidad decidieron nombrar a la gata Tama como jefa de una estación en 2007. La ataviaron con un uniforme y de la noche a la mañana la convirtieron en todo un fenómeno que se tradujo en un incremento del 20% de los pasajeros, que acudían solamente para contemplar esta extravagancia.

El tren Tamadem es todo un homenaje a la gatita. El exterior de los vagones está decorado con motivos de Tama, así como su interior, diseñado por Eiji Mitooka, quien se inspiró en los colores del pelaje de la gata para realizar sus diseños.

El más divertido

No nos movemos de Japón. De nuevo el país nipón nos sorprende con otro tren extravagante: el Omoden, o también conocido como tren de los juguetes. Se trata de un tren también diseñado por Eiji Mitooka cuyo interior está decorado como un paraíso infantil. Y es que el tren está repleto de juguetes que los pasajeros pueden usar para divertirse; también hay “gachagacha”, máquinas que expenden esas cápsulas que contienen sorpresas en su interior. Un planteamiento extraordinariamente naive que, sin embargo, goza de gran éxito de afluencia.

 

 


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