Según informa la web turística, Hosteltur, un 78% de los españoles asegura que modificaría sus planes de vacaciones veraniegas si las temperaturas extremas de verano continúan. De ellos un 47% afirman que podrían cambiar su destino a un lugar más fresco, mientras que un 25% preferiría optar por otra época del año y el 24% por otro tipo de vacaciones. Si te encuentras en ese 47% que se plantea seriamente elegir destinos más frescos en verano, este artículo te interesa. Te mostramos algunos destinos emergentes que se están posicionando como destinos veraniegos incluso entre los turistas europeos no españoles.
Por cierto, si estás buscando justo lo contrario, destinos calentitos para el invierno, también tenemos artículo para ti: consulta aquí las ciudades con más sol de Europa.
Budapest (Hungría)
Budapest es una de las ciudades europeas que mejor se han posicionado para ser un destino apto para todo el año. Pero es en verano cuando las opciones que ofrece la ciudad se muestran en todo su esplendoroso abanico. Así, tienes desde el famoso festival musical Sziget (que tiene lugar en una de las islas del Danubio) a multitud de fiestas en un Boat Party o sus famosos Ruin Bars. También es la época donde las piscinas descubiertas de algunas de sus termas más famosas (fundamentalmente Géllert i Széchenyi) permanecen abiertas. Aunque ya que hablamos de termas, ¿has probado una Sparty? Suelen ser eventos discotequeros en termas donde lo único que cambia es que… ¡vas en bañador! En este artículo podrás descubrir más sobre qué ver y hacer en Budapest en verano.
Praga (República Checa)
Praga en verano se convierte en una ciudad más amable en lo meteorológico, ampliando sus ya de por sí diversas opciones. Y es que dar un paseo por sus plazas no puede ser más agradable si el tiempo acompaña. Pero también pasar un buen rato en la terraza de sus famosas cervecerías. Dado que Praga es, sobre todo, una ciudad para caminarla y disfrutar de sus entornos, lo mejor es aprovechar el buen tiempo para recorrer sus espacios abiertos. Por esto te aconsejamos visitar lugares como la Isla de Kampa, una isla en el Moldava repleta de jardines, parques y bonitas esculturas. También te recomendamos que te desplaces a Visegrad, un lugar que no siempre aparece destacado en las guías y que, sin embargo, es de lo más bonito. Se ubica alejado del meollo turístico, en un mirador sobre el río Moldava. Cuenta con la Catedral de San Pedro y Pablo, decorada por el famoso artista Mucha, y está salpicado de jardines e incluso de mausoleos a los mayores artistas y personalidades checas. ¡Imperdible!
Edimburgo (Escocia)
Edimburgo es una de las ciudades más monumentales y fascinantes de Europa, aunque su climatología nunca lo ponga del todo fácil. Sin embargo, en verano todo cambia: la ciudad se muestra mucho más accesible al visitante. Pero es que también tienen lugar en verano eventos de la máxima importancia, sobre todo en lo cultural. Probablemente el más famoso sea el Festival de Teatro de Edimburgo. Es uno de los festivales de artes escénicas más importantes del mundo y tiene lugar en agosto con un sinfín de representaciones y espectáculos. También merece ser destacado su Festival de los Libros y su Festival de Música Jazz. Y, si lo que quiere es tomarte un respiro entre tanto “cultureo”, nada mejor que hacer una excursión al Arthur’s Seat, un volcán extinto desde el cual puede verse toda la ciudad. Y, ya de paso, hacer un poco de senderismo.
Islandia
Islandia es una solución rápida y satisfactoria si queremos huir del calor y visitar un destino de excepción. Como ya sabes, las temperaturas moderadas de Islandia en verano se mantienen entre 10 y 15 grados. Y, exceptuando las auroras boreales, que no son tan frecuentes en esta época del año, sus atractivos siguen ahí para que los disfrutes en plena temporada estival. Las formaciones de basalto, los géiseres, el lago de Jökulsárlón son auténticos must. Aunque si quieres tentar a la suerte (o, mejor dicho al frío) una opción curiosa es desplazarse a Húsávik, un pueblecito costero de apenas 2.000 habitantes que se abre al Mar Ártico. Allí, además del aire fresco, también podrás avistar cetáceos. ¡La sensación de encontrarse literalmente en uno de los bordes del mundo es algo que no puedes perderte!
Lucerna (Suiza)
Lucerna es el símbolo de Suiza: un lugar apacible, cultural y de encanto natural sin discusión. La ciudad, de poco más de 200.000 habitantes se alza en un lugar de excepción: a orillas del Lago de los Cuatro Cantones. Un lugar que ya de por sí merece una visita. Pero es que Lucerna es también la belleza de su arquitectura. Mucha de ella es del siglo XIX, reconocible por su estilo elegante y señorial; pero también hay buenos monumentos medievales, como el Puente de la Capilla. Si eres un melómano empedernido, has de saber que durante los meses de agosto y septiembre tiene lugar el famoso Festival de Música de Lucerna, uno de los festivales de música clásica más reputados de Europa. ¿Se puede pedir más?
Salzburgo (Austria)
Aunque en verano esta ciudad austríaca puede llegar a lucir auténticamente tapizada de nieve, en verano se convierte en una ciudad de lo más disfrutable. En parte por la belleza de sus calles y de su trazado urbano, de una elegancia clásica imperdible. Las malas lenguas dicen que, al haber sido la ciudad natal de Mozart, la han convertido en un parque temático, pero esto es una exageración. Sí es cierto que encontrarás su figura muy a menudo, por ejemplo, en la hermosísima Mozartplatz, para qué nos vamos a engañar. ¡Pero es que también tiene multitud de parques y zonas verdes como los Jardines Mirabell!. Y también opciones para disfrutar de un paseo al lado del río Salzach. En verano, además, tiene lugar el Festival de Salzburgo, uno de los eventos más importantes del mundo en lo respectivo a la música de Mozart. Aunque no sólo de el compositor patrio, otros compositores están bien representados y sus funciones de ópera son muy prestigiosas.
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