Continuamos con los viajes en bici: después de la aventura de Julien y Romain, hoy toca la primera parte de la aventura contra la cordura de Eric, un joven logroñés que estaba viviendo en Cracovia, y en vez de volverse a Granada en avión (como una persona normal), decidió hacerlo en bicicleta, ¡claro que sí!
Eric Guinea es un joven de 24 años, profesor de educación física, pedagogo, animador socio-cultural y logroñés. Cuando estaba trabajando como profesor en Cracovia con una beca Ayudantía Comenius, una idea empezó a rondar su mente: ¿y si en vez de buscar vuelos para volver, como haría cualquier otra persona, me vuelvo en bicicleta?
Así es como nació su proyecto, que él bautizó como “aventura contra la cordura”: cruzar Europa en bicicleta, desde Cracovia a Granada.
Pera esta empresa, Eric tuvo que llevar a cabo una concienzuda preparación: entrenamiento en el gimnasio para mejorar sus dotes de ciclista, de cara a afrontar los más de 3.000 kilómetros que le esperaban (Eric no había montado mucho en bici hasta la fecha, lo suyo era el balonmano), preparar la ruta con mapas y GPS y planificar los alojamientos (a base de amigos, coachsurfing y tienda de campaña).
Para hacer más asequible su ambiciosa aventura, y siguiendo los consejos para viajar en solitario de su amiga psicóloga Julia Pérez, Eric decidió dividir su viaje en 7 objetivos, compuestos a su vez en varias etapas diarias, para hacerlo más abordable y evitar la desmotivación.
Objetivo 1: Cracovia – Praga
Primer objetivo de nuestro amigo Eric, recorrer los 563 kilómetros que separan Cracovia y Praga, con toda la ilusión de tener por delante una aventura soñada.
El primer día se levanta a las 7 de la mañana, con el estómago dándole vueltas por la emoción. Eso sí, esto no evita que desayune como los campeones, algo imprescindible en vista al ejercicio físico que le espera. Tras los últimos apaños, que a partir de ahora conformarán su rutina diaria, se despide de sus compañeros. Con el GPS encendido, da las primeras pedaladas: ¡comienza la aventura contra la cordura!
Etapa 1: Cracovia – Bielsko-Biala (90 km). Comienza la aventura
Etapa 2: Bielsko-Biala – Ostrava (93 km). Pedalear contra los elementos
Etapa 3: Ostrava – Olomuc (98 km). Subir y bajar, subir y bajar…
Etapa 4: Olomuc – Moravska Trebova (70 km). En mitad de ninguna parte
Etapa 5: Moravska Trevoba – Pardubice (88 km). La ciudad de los caballos y las bicicletas
Etapa 6: Pardubice – Kutna Hora (42 km). Día relajado
Etapa 7: Kutna Hora – Praga (82 km). Objetivo cumplido
Objetivo 2: Praga – Ratisbona
Segundo objetivo, los 260 kilómetros que hay entre Praga y Ratisbona, de la República Checa a Alemania. El balance del primer objetivo no es nada malo: mucho frío, viento y kilómetros de subida, pero sin perder un ápice de optimismo. Su moral se vio reforzada al llegar a Praga, exultante de haber cumplido el objetivo fijado, y un par de días para reponer fuerzas.
Pero tras 3 días en la capital de la República Checa, disfrutando de la ciudad y descansando toca volver a la carretera. La temperatura sigue sin ser “primaveral”: máximo de 4 grados con nieve casi todos los días. Y claro, la nieve es bonita para una “estampa navideña”, pero ya no lo es tanto cuando te acompaña a diario durante varios meses seguidos.
Etapa 8: Praga – Pilsen (92 km). La historia que no cambió
Etapa 9: Pilsen – Furth im Wald (83 km). Cruzando fronteras
Etapa 10: Furth im Wald – Ratisbona (85 km). Objetivo cumplido
Objetivo 3: Ratisbona – Basilea
Tercer objetivo, de Ratisbona a Basilea, unos 580 kilómetros. No se presenta como muy duro físicamente, pero hay que tener cuidado con las carreteras alemanas: tienen muchos kilómetros de carril bici, pero también tienen muchas carreteras por las que no se puede ir en bicicleta, lo que te obliga a dar grandes rodeos.
Eric ya se va acostumbrando a la bicicleta, a pesar de que de vez en cuando todavía no controla muy bien lo de esquivar los baches (nadie es perfecto). También se podría decir que no ha perdido su optimismo: sigue pensando que “la primavera se acerca”, a pesar de que después de dos semanas de viaje sigue haciendo un frío que pela.
y Yo mentalizándome porque me he propuesto hacer el camino de santiago en agosto…
Siempre es bueno mentalizarse (yo lo tengo que hacer cada día para levantarme de la cama). Y ojo, ¡que el Camino de Santiago no es moco de pavo!
¡Un saludo!