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El Magazine del Viajero
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Asia es, debido a su tamaño, un continente de una diversidad arrolladora. Un sinfín de tradiciones culturales se amalgaman a lo largo de su masa continental inabarcable, ofreciéndonos algunas de las creaciones culturales y colectivas más refinadas que haya podido concebir el ser humano. En pocos eventos se manifiesta de manera tan clara la autenticidad de un pueblo y su cultura como en las celebraciones y festivales tradicionales. Hoy nos damos una vuelta por el continente asiático de celebración en celebración. Acompáñanos porque seguro que te va a fascinar.

Festival de cohetes de Yangshui (Taiwán)

Empezamos la lista con el menos tradicional de los festivales, si por tradicional entendemos de gran antigüedad. Y es que este festival apareció a principios del siglo XX como manera de combatir las epidemias. Consiste en provocar una lluvia de cohetes que son lanzados al aire y que eventualmente pueden impactar contra los participantes. Para evitar daños, suelen ir protegidos, aunque la esencia del festival es exaltar a todos aquellos que han recibido algún impacto y, aún así, han salido indemnes. Se piensa que simboliza la lucha frente a los malos espíritus y contra la adversidad. El Festival de Cohetes de Yangshui es muy icónico por su gran plasticidad y tiene lugar durante el Año Nuevo Chino (a finales de enero y principios de febrero).

Festival cohetes de Yangshui

Gion Matsuri (Japón)

Estamos ante un festival de gran antigüedad que, según se cree, comenzó en el siglo IX. Al igual que el festival de cohetes de Yangshui, apareció para combatir el shock de una gran peste en Kyoto. En este sentido, se trata de un ritual sintoísta de apaciguamiento de los dioses, especialmente a Gozu Tennō, la deidad sintoísta protectora de Kyoto. Consiste en un desfile de carrozas de gran impacto artístico y estético que recorren las calles de la ciudad el 17 de julio. Estos carros, llamados yamahoko, incluyen elementos de gran finura, como tapices y figuras alegóricas. En ellos van a menudo personas, ataviadas con vestidos tradicionales y tocando instrumentos. Son algunos de los motivos por los que el Gion Matsuri ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En definitiva, ¡hay que verlo para creerlo!

Carrozas el Gion Matsuri

Holi (India, Nepal)

Estamos ante el que sea, probablemente, el festival asiático más conocido en Occidente. Y es que la vistosidad del Holi es difícil de igualar. Esta celebración tiene una antigüedad de 2.000 años y representa la victoria del bien sobre el mal, una significación que adquiere aún más potencia si tenemos en cuenta que celebra la llegada de la primavera. En efecto, el festival tiene lugar coincidiendo con la luna llena del mes de Phalguna, que acostumbra a ser a finales de febrero o principios de marzo. Aunque el Holi reserva un día de celebraciones sólo dedicada al aspecto espirituao, el Holika Dakan, el más famoso es el segundo día, cuando acontece la fiesta del polvo de colores. Sin duda, una fiesta divertida y de gran colorido.

Músicas del mundo

Loy Krathond (Tailandia)

Estamos ante otra celebración asiática bastante popular. Resulta difícil resistirse al encanto plástico y al lirismo de esta fiesta, que busca celebrar a la deidad Mae Khongkha mediante ofrendas, que pueden ser desde flores a candiles, colocadas en hojas de banano que se depositan en ríos y lagos. No en vano, Mae Khongkha es la deidad de las aguas. Resulta encantador observar las frágiles velas y candiles flotando en las aguas, las cuales reflejan también decenas de farolillos. ¡Irresistible! Si no te la quieres perder, recuerda que tiene lugar en la luna llena del diodécimo mes lunar del calendario budista; en suma, en los meses de octubre-noviembre.

Loy Krathong, celebración en Tailandia

Onbashira (Japón)

Estamos ante otra tradición centenaria del pais nipón. Y es que lleva celebrándose desde hace 1.200 años, cada seis años en el mes de abril en el santuario Suwa, en la región de Nagano. Toma su nombre de los onbashira, unos 16 troncos de abeto que son transportados desde las montañas al santuario. Se trata de un festival de gran riesgo, dado que no son pocos los que han resultado heridos e incluso muertos en su transporte. Nada de extrañar si tenemos en cuenta que se han de atravesar zonas empinadas, para lo cual los jóvenes encargados del transporte se suben a los troncos como si fueran surfistas o jinetes. Terminada la fase del Yamadashi, es decir, del transporte, llega la del Satobiki, la erección de los troncos a modo de pilares, uno en cada esquina de los 4 edificios del templo.

Transporte de troncos en el Onbashira japonés

Thaipusam (India, Sri Lanka, Malasia, Singapur)

Si tenemos en cuenta que se trata de un festival de devoción extrema a Muruga, un dios de la guerra no nos puede sorprender el resultado. El festival Thaipusam no es apto para todos los estómagos, dado que las muestras penitenciales van desde la carga de estructuras pesadas a la autoperforación de la piel con agujas o ganchos. Pero no todo es el gore; de hecho, el grueso de la celebración es de gran belleza, dado que consiste en la peregrinación a las cuevas Batu, en el estado de Tamil Nadu, para asistir a la procesión de la imagen del dios Muruga. El festival tiene lugar entre enero y febrero, dependiendo del año, y lleva celebrándose desde hace la friolera de 1.500 años. Es de origen tamil y, por tanto, se celebra en los lugares donde esta comunidad es originaria o tiene cierta presencia de su diáspora.

Festival del thaipusam

Kumbh Mela (India)

Puede decirse, sin riesgo a equivocarse, que estamos ante el festival religioso más masivo del mundo pues, en ocasiones, ha llegado a congregar hasta a 120 millones de personas. Todo en la India es excesivo y el Kumbh Mela es, probablemente, lo más excesivo de la India. Su antigüedad es de 2.000 años y consiste en la peregrinación a una de las cuatro ciudades donde tiene lugar de manera rotatoria. Las ciudades son Allahabad, Haridwar, Ujjain y Nasik, ciudades que comparten su condición ribereña a grandes ríos (dos de ellas a orillas del Ganges). Los rituales de purificación son la esencia de este festival y a él acuden gentes pintorescas y de lo más variadas. Probablemente los amos del cotarro son los siempre carismáticos sadhus, los ascetas indios capaces de someterse a auténticas mortificaciones. Si buscas algo masivo, bizarro y devocional al extremo sin duda no puedes perdértelo. Por cierto, tiene lugar 4 veces cada 12 añso entre los meses de enero y febrero.

Purificaciones en el río durante el Kumbhmela

IMG: thaiwangods.mai.gov.tw; Wikipedia; iStock.

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