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El Magazine del Viajero
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La curiosidad por descubrir nuestro mundo nos lleva a unas antiguas cuevas situadas al norte de Nueva Zelanda, la llamada Waitomo Glow Worm Cave. En ella, la belleza natural de la propia gruta se combina caprichosamente con un inquilino muy peculiar, la “Arachnocampa luminosa”. Bienvenidos a la cueva de la luz, bienvenidos al mundo de la bioluminiscencia…

Este show de la naturaleza ha sido posible por la acumulación de una serie de hechos que han conformado y moldeado el entorno y las características de las Cuevas de Waitomo, en Nueva Zelanda.  Como suele ser habitual, estas se han formado por movimientos de tierras que acabaron por facilitar que el agua fluyera por sus entrañas. El paso del tiempo y la disolución de la piedra caliza hicieron el resto, ya que así se creó el entorno ideal para la aparición del Wlow Worm…

La cueva

La cueva está dividida en tres niveles o sectores creados por las oquedades resultantes del proceso de formación, para hacernos una idea de las dimensiones y espectacularidad de este espacio natural: en una de las zonas se pueden realizar hasta recorridos en barca.

Igualmente, cabe destacar la acústica de la zona conocida como “La Catedral”, aunque por ahora no es accesible al público. Sea como fuere, este entorno no es lo único que nos dejará con la boca abierta, porque aquí habita una especie muy especial de la familia de los Glow Worm…

Una vida muy peculiar

Pero sí, el contexto de la cueva es increíble, cargado de belleza pero… ¿qué pasa si lo combinamos con la luminiscencia natural de sus habitantes? Simple: nos quedaremos con la boca abierta. La de Waitomo es el hogar de una especie de la familia de los Glow Worm, o larvas de insectos luminiscentes.

En concreto, la especie que aquí abunda son los llamados Wlow Worm. Una especie de gusanos para los que la luminiscencia es toda una forma de vida: su brilla es variante y usado con diferentes fines. Pueden usarlo como señal de alarma ante posibles depredadores o bien ser un cebo cuando están hambrientas. En función del propósito, varían la intensidad y características del brillo.

Estas larvas se dedican a tender hilos mientras la larva espera paciente a que una de sus presas caiga en el entramado azul fantasmal. Este destello ejerce de imán hipnotizante para mosquitos y otros pequeños insectos los cuales, desorientados, acaban siendo una presa fácil y apetecible.

Y vosotros, ¿conocéis algunas cuevas o entorno natural de este estilo? ¿Alguna vez habéis visitado un bosque de luciérnagas o una cueva de Wlowworm?

Fotos: elbauldejosete.wordpress.com , derick-lisa.blogspot.hu

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