Existen muchos tipos de equipajes como tipos de viajero y de viaje. Seguramente alguna vez hayas tenido dudas a la hora de decidirte por alguno. ¡Y es que muchos de ellos se adaptan mejor que otros a lo que buscas! Normalmente eso depende de lo que estés esperando y también de la experiencia turística que estés planeando. En este artículo te brindamos algunos consejos para que puedas dar con la opción que más te interesa. Y, si quieres complementar esta información, siempre es buena idea consultar nuestros artículos sobre cómo hacer bien una maleta o qué objetos puedes llevar en equipaje de mano. Y, ¿sabías que también hay apps para hacer maletas de manera eficiente?
Maletas de ruedas
Un clásico que siempre nos prestará un gran servicio. Suelen tener una gran capacidad, así como dureza para resistir golpes. Lo mejor de todo es que son fáciles de transportar gracias a las ruedas, un punto que las convierte en especialmente recomendables a la hora de realizar viajes largos en los que necesitemos mucho equipaje. En definitiva, un clásico que nunca falla si lo que necesitamos para nuestro viaje es, sobre todo, cantidad. También es un indispensable para viajes en familia.
Trolleys
No puede decirse lo mismo, por ejemplo, de las maletas de ruedas pequeñas (los trolleys), en las que no cabe tanto equipaje y que pueden ofrecer problemas de volumen a la hora de embarcarlas como equipaje de mano. Y es que puede llegar a ser difícil de encajarlas en esas estructuras metálicas que utilizan las aerolíneas para seleccionar el equipaje que puede ir con nosotros a bordo. Por tanto, si tu idea es llevar contigo poco equipaje, la mejor opción puede ser una mochila. Las examinamos a continuación.
Mochila
La mochila es sinónimo de comodidad. Con ella tendrás las manos libres y podrás moverte con más agilidad en el aeropuerto (incluso te facilitará alguna que otra carrera para llegar a tiempo a la puerta de embarque). Ya en destino, son siempre compañeras que pueden ir con nosotros a cualquier lado. Es decir, su versatilidad es máxima. El único problema es que, si no planeas un viaje relativamente corto, la mochila sí se te puede quedar muy, muy corta. Su capacidad es limitada y, si abusamos de esta capacidad y apelotonamos cosas y ropa, se nos arrugará. Y lo que es peor, se convertirán en acompañantes menos practicables. Incluso una mochila a reventar podría perfectamente no pasar la criba del equipaje autorizado para viajar con nosotros a bordo.
Maleta con mochila desmontable
Este tipo de equipaje es el resultado de combinar una maleta de ruedas con una mochila. Una hibridación de lo más práctica porque ofrece bastante versatilidad y le permite adecuarse a distintos tipos de situaciones. La pega de este tipo de equipaje es que puede resultar más pesado que una maleta de ruedas normal (o un trolley). Aunque si lo que quieres es agilidad, resulta más fácil moverse con ella que arrastrando una maleta con ruedas.
Trolley con mochila integrada
Al ser un híbrido entre el trolley y la mochila, realmente nos brinda las mismas ventajas y los mismos inconvenientes de ambos. De hecho es un formato cuyo uso vale la pena meditar. Si optamos por él por la comodidad, ¿realmente no es más pesado cargar con un trolley con mochila que con una simple mochila? Sí puede ser ventajoso en el caso de que padezcas de problemas de espalda. En ese caso, no hay duda de que podría brindarte un buen servicio.
Bolsa (o bolsos) de mano
A la bolsa de mano le pasa algo similar que a la mochila. Ofrecen prestaciones de lo más convenientes para los amantes de lo práctico: comodidad y agilidad. Especialmente indicadas para escapadas cortas de fin de semana, en la que lleves lo justo y apenas una o dos mudas. ¡Y siempre podrán viajar con nosotros! Más de eso, se te quedará pequeña.
Bolsos de lona
Seguimos con otro tipo de equipaje pequeño y manejable. Al igual que la mochila y la bolsa de mano, son ideales para escapadas cortas de fin de semana. Pero más allá de estos períodos cortos, no resulta muy conveniente. Por lo demás, su forma es bastante adaptable para viajar con nosotros a bordo y siempre, ya vacías, son fáciles de guardar y almacenar. Otra de sus características que puede llegar a ser una pega es que, normalmente, no ofrecen mucha protección como sí lo hacen otras modalidades de equipaje. Si se te cae, la lona no resulta muy gruesa como para absorber el impacto, por lo que si llevas algo frágil, no sería raro que se pudiera romper.
Bolsas de viaje plegables
Como ocurre con los bolsos de lona, su virtud es también su principal debilidad. Si bien son muy útiles para llevar lo esencial para un viaje de muy corta duración (y son muy fácil de almacenar porque ocupan poco espacio) revelan sus limitaciones cuando deseamos llevar algo más de lo estrictamente necesario. Lo cual limita también su utilidad para viajes que no sean express. Asimismo, su material no es muy protector, por lo que si se te cae o la golpeas sin querer, es posible que algo de lo que lleves dentro se rompa.
Duffel bags
Con este nombre se designan a las bolsas cilíndricas de toda la vida. Su principal punto a favor es que su forma permite que empaquetar determinados objetos irregulares sea más fácil. Las pegas se relacionan con la poca protección que brindan frente a los golpes y que, debido a su forma, pueden llegar a ser más difíciles de encajar en los compartimentos superiores de la cabina del avión. Casi los mismos pros y contras que presentan sus «parientes» la maleta de ruedas cilíndrica y la mochila cilíndrica.