Compleja, histórica, cosmopolita, natural,… estas son solo algunas de las claves que nos pueden definir este país formado por dos federaciones con base étnica. El antiguo polvorín balcánico recobra la esperanza y el color, muestra un desarrollo creciente mientras pasa la página de un episodio sangriento. Bosnia y Herzegovina, con su capital Sarajevo, nos invitan a descubrir, disfrutar y recapacitar.
No es posible entender el país a día de hoy sin al menos un boceto de su compleja historia, algo sobre lo que se podían escribir páginas tras páginas. Por eso, aquí os mostramos una breve introducción general que nos ayude a entender la realidad de su territorio.

Bosnia y Herzegovina, tomando el pulso a la historia
La región que actualmente ocupa, habitada desde tiempos neolíticos, formó parte de diferentes imperios. En tiempos del Imperio Bizantino se incluyó en su territorio como parte de la entonces conocida como Croacia Roja, pues por aquel entonces existían “tres croacias”. Posteriormente fue independiente, adoptando el nombre de Reino de Bosnia hasta su inclusión en el Imperio Otomano. Este momento de la historia es clave, pues es cuando la población toma el islam como religión, que sigue presente para una mayoría de la población hasta nuestros días.
El control turco impulsó el comercio, tuvo un breve primer período de control por parte del Imperio Austrohúngaro, volviendo temporalmente a manos turcas hasta que el imperio europeo recibiera de nuevo la administración de la tierra.

En esta última época se produjo un hecho clave, pues en la capital Sarajevo se perpetró el atentado que dio pie al estallido de la I Guerra Mundial.
En el período de entre guerras se integraría en el Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, que más tarde daría lugar a la extinta Yugoslavia. En el momento de la desintegración de esta fue cuando se prendió una mecha que acabaría con miles de vidas.
La complejidad étnica del país hizo que estas se dividieran entre pro-serbias y pro-bosníacas, lo que tras años de guerra y la firma del Acuerdo de Dayton daría lugar a la creación de las repúblicas que conforman el estado actual, la República de Bosnia y Herzegovina, con primer grupo étnico bosníaco (a grandes rasgos, croatas musulmanes) y la República Sprska, con mayoría étnica serbobosnia.

La naturaleza, un recurso único
El entorno natural del país es impresionante pues cuenta con una situación privilegiada en pleno corazón de la península balcánica. En sus rincones encontramos uno de los últimos bosques primarios en Europa, espigados entramados montañosos, cascadas, lagos y un largo etcétera de atractivos naturales como pocos quedan ya en nuestro viejo y maltrecho continente.
Algunos nombre propios son el Parque Natural de Sutjeska, la montaña Jahorina, la Bjelasnica, las cascadas de Kravica, Jajce, Pliva,…

No podemos olvidar la calidez mediterránea del Adriático, un mar azul esmeralda en el que la luz, el color, el agua,… son rasgos indispensables asociados a su identidad.
–Nota importante: es más que aconsejable no salirnos de las zonas pavimentadas a no ser que se especifique o nos confirmen que es posible. Aún quedan numerosas minas sin explotar y son un riesgo que podemos evitar facilmente.
Patrimonio histórico
La variedad y riqueza que los trazos de la historia nos muestran en nuestro días son muy llamativos. Aquí os dejamos un pequeño botón:
- Región de Sarajevo: desde la fortaleza medieval de Vranduk, a la de Maglaj. Otras de las joyas nos quedan como resquicios del Reino Bosnio, caso de la Krlajeva Sutjeska y la ciudadela de Bobvac.
- Región de Trebinje: nos muestra el puente de Arslanagic o la fortaleza de Klobuk.
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Puente de Mostar Área de Travnik: formó parte de las tierras personales del rey Béla IV, siendo parte de su señorío. Como ejemplo de su grandeza, esta zona fue conocida como tierra de mansiones y castillos.
- Área de Blagaj – Buna: una de las más impresionantes, nos encontramos con un río cárstico subterráneo que emerge de una pared a 200 metros en un paraje que enamoró a sultanes, en le que se levantó un monasterio y que desde luego no te dejará indiferente.
- El puente de Mostar: todo un símbolo, tiene su origen en el imperio otomano.
En la segunda parte daremos un paseo por la capital, Sarajevo, el corazón que palpita e impulsa al país hacia el renacimiento más próspero.
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Fotos: Cascada;