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El Magazine del Viajero
  •   4 min lectura

A veces un viaje puede convertirse en una experiencia “inolvidable”. Te explicamos las soluciones a las 5 peores cosas que pueden ocurrirte en un viajen en autobús.

Viajar en autobús es en sí mismo una aventura donde pueden ocurrir un montón de cosas imprevisibles. Desde el Magazine del Viajero queremos lanzaros este gamberro artículo donde os mostramos cinco soluciones a las peores cosas que te pueden acontecer en un viaje con este transporte, que recordarás con cierta nostalgia pasado un tiempo. Evidentemente, mala suerte has de tener para que te ocurra alguna de ella, y varios tuertos te tienen que mirar para que se dé todo a la vez. Menos mal que desde nuestro buscador no encontrarás los autobuses que te pueden dar estas horribles experiencias, y, nosotros, te damos las soluciones para paliar estos problemas.

Te equivocas de autobús

Imagínate llegar con todo el tiempo del mundo a la estación de autobuses, dejas tu mochila de viaje en la empresa a la que has comprado el billete de autobús, para poder ir a dar una vuelta. 10 minutos antes llegas de vuelta a la estación, preguntas cuál es el autobús que va a tu destino y te subes en él. Pasa el tiempo y cuando la revisora se acerca a mirar tu billete, te dice que te has equivocado de autobús y que el tuyo ha salido hace un cuarto de hora. Sientes sudores fríos y taquicardia creciente al saber que toda tu ropa, tu tienda de campaña y tus enseres están ahora mismo camino de tu destino, pero sin ti. Actúa rápido y llama a la compañía para que te guarden la mochila en la estación de destino, con suerte lo recuperarás y si no, siempre podrás renovar vestuario.

Semana Santa

Sin plazas suficientes

Sentado en un banco o terminando de hablar por teléfono, vas dejando que la gente entre en el autobús, cuando ya no queda nadie, le enseñas el billete al conductor y al subir te sorprendes con que no tienes sitio. Si te ocurre esto, te surgirán dos opciones en función del país en el que estés viajando. En algunos es probable que te tengas que bajar y esperar a que salga el siguiente, con suerte te darán algún tipo de indemnización. En otros países, en cambio, es probable que tengas que encontrar un sitio a la fuerza, el pasillo siempre es una buena opción, además podrás tumbarte para echar una cabezadita si el viaje es largo.

El autobús se va sin ti

Una parada en el área de descanso te servirá para poder ir al baño, comer algo o estirar simplemente las piernas. Pero ¡ten cuidado!, pon en alerta tu sentido arácnido porque si te despistas es probable que de una manera silenciosa, cual horda de ninjas, los pasajeros se suban al autobús y el conductor arranque sin ti. De repente te verás abandonado en un lugar como las áreas de descanso que no suelen ser muy bonitas. La solución, desde llamar a alguien para que te vaya a buscar a encontrar un autobús que se dirija al mismo lugar, si le cuentas tu problema es probable que se apiade de ti. Además, no descartes la opción de presentar una queja a tu vuelta para dejar constancia de tu caso y así evitarlo a futuros viajeros.

Los tiempos de espera a la hora de cruzar la frontera

El autobús se rompe

Un clásico, la rotura de alguna pieza en el autobús que os obliga a parar y a esperar mientras es reparado. Esta incidencia puede tener su aspecto positivo, será un buen momento para conocer el paisaje, entablar amistad con los pasajeros o descansar un poco, por otro lado si es invierno puede que te toque sufrir algo de frío o un sol de justicia si el transporte se estropea en mitad de un desierto. Nosotros lo único que te podemos aconsejar es que tengas paciencia e intentes sacarle el lado positivo a tu situación. Por supuesto como viajero tienes tus derechos y deberán facilitar otro medio de transporte alternativo.

Una mala compañía

En el autobús sueles tener que sentarte al lado de una persona. Lo más normal es que entables una relación afable y amable. Sin embargo siempre existe un ecosistema lleno de extraños seres que pueden hacer de tu viaje una vivencia no demasiado positiva. Desde la persona que ronca de forma constante y atronadora y no te permite concentrarte en dormir o leer a la que habla constantemente y no te deja tener un rato de paz, en caso de necesitarlo. También está quien ocupa parte de tu espacio vital o el que te llena de migas con su bocata. Piensa que este tipo de experiencias te ayudan a desarrollar tu sentido zen. Nosotros siempre te recomendamos que lleves contigo algo de música para abstraerte de tu alrededor. Eso sí, si ves que alguna persona está faltando al respeto o no se está comportando correctamente avisa al conductor para que tome las medidas necesarias.

Viajera escuchando música en un autobús
 

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