Te mostramos los detalles más insólitos que se esconden en las fachadas de algunos monumentos.
Muy a menudo las fachadas de los monumentos son libros abiertos que, sin embargo, están escritos en un idioma que es preciso descifrar. Muchos son los símbolos esculpidos en sus paredes, aunque hay algunos que pueden resultar totalmente desconcertantes. A veces son producto de la imaginación de su artífice y en otras ocasiones de la fantasía de los restauradores, que dejan su particular firma introduciendo elementos modernos. Lo vemos a continuación.
La ranita de la Universidad de Salamanca
Empezamos con un clásico: la ranita de la fachada de la Universidad de Salamanca. Se trata de una superficie muy ornamentada, por lo que es necesario detenerse para observarla bien. De hecho, si visitas la ciudad del Tormes no te costará encontrar la ubicación porque suele haber un buen grupo de turistas escudriñando la exquisita decoración plateresca de la fachada para encontrarla. La leyenda cuenta que si un estudiante conseguía verla, era un augurio sobre los resultados de sus estudios. Además, la ciudad alberga más sorpresas. El astronauta o el demonio comiendo helado son otros detalles que podrás descubrir en la Catedral de Salamanca.
El Darth Vader en la Catedral Nacional de Whasington
La Catedral Nacional de Whasington, de estilo neogótico, esconde un detalle que es muy pop: el conocido como grutesco de Darth Vader. Fue esculpida por Jay Hall Carpenter con motivo de la remodelación de la torre noroeste con una finalidad muy práctica que, por otro lado, es una de las funciones básicas de las gárgolas: evacuar el agua. En este caso, no conduce el agua por una hoquedad interior sino que, dada la particular forma del casco de Darth Vader, la desliza por la superficie para precipitarla al suelo. Eso sí, no es fácil de descubrir a simple vista, por lo que tendrás que hacer un buen zoom a tu cámara.
El Alien de la Abadía de Paisley (Escocia)
Otro detalle que prueba que los hombres de la Edad Media ya conocían la existencia de extraterrestres, más concretamente de esta particular raza de exterminadores conocidos como los Xenomorfos. Uno de ellos fue a parar a Escocia, donde se edifica la Abadía de Paisley, y con mucha seguridad tomó contacto con los humanos (y ya imaginamos lo que es “tomar contacto” para un Alien). Sin embargo, existe otra leyenda que asegura que esta terrorífica gárgola fue fruto de una de las restauraciones que tuvieron lugar en esta edificación gótica en los años 90 del siglo XX.
El escudo del Barça en Santa María del Mar de Barcelona
Desde la fundación de la Iglesia Maradoniana que sabíamos que el fútbol puede ser una religión. Sin embargo, el escudo del Barça en las vidrieras de una catedral es uno de los detalles más desconcertantes que puedes ver en un templo. Algo que, sin embargo se entiende mejor si tenemos en cuenta que se ubica en Santa María del Mar de Barcelona, ¡y que para muchos catalanes San Jordi es su patrón pero Messi es su Dios! Sin embargo, esta vidriera fue colocada mucho antes de que el astro argentino naciera: fueron diseñadas en los años 60 en los trabajos de restauración de las ventanas, todavía entonces dañadas a causa de la Guerra Civil.
El cocodrilo de Casa Vila en Palma de Mallorca
Si visitas la capital balear y te dejas caer por la concurrida Plaza de San Eulalia para tomar algo en sus numerosas terrazas frente a la iglesia, te proponemos un juego. Sitúate frente a la Casa Vila (el nombre está señalado por un letrero) y trata de descubrir al cocodrilo que, desde uno de sus ángulos, se asoma a la plaza con las fauces abiertas. Este detalle está basado en la leyenda del Drac de Na Coca. Cuentan que en el siglo XVII un cocodrilo vivía en las alcantarillas de Palma y salía de noche para alimentarse de algún distraído transeúnte. Finalmente un hombre, que se disponía a visitar a su amada, se topó con el reptil y le dio muerte. Esta escultura recuerda esa interesante leyenda, aunque si te pica la curiosidad, siempre puedes ver al cocodrilo real embalsamado: se encuentra en el Museo Diocesano.
La escatológica gárgola de San Martín Pinario en Santiago de Compostela
Se dice que la función de las gárgolas es la de evacuación de las aguas, aunque en este ejemplo parece que el artesano lo entendió de una manera un tanto amplia. No obstante, es un buen ejemplo de la imaginería medieval, que no dudaba en representar actitudes soeces o procaces. Y es que otra de las funciones de las gárgolas, más simbólica que funcional, es la de ahuyentar los malos espíritus con sus formas grotescas. Creemos que con este ejemplo se cumplió con este cometido a la perfección, aunque sea en menoscabo de los viandantes compostelanos que deberán caminar prestando atención a algo más que a alguna paloma desconsiderada. Si te perdiste este detalle, puedes verlo aprovechando la amplia oferta de vuelos baratos a Santiago de Compostela a partir de 42 € que ofrecen aerolíneas como Ryanair.
El autorretrato de Mohamed Bezinzine en la Iglesia de San Juan en Lyon
Sabíamos que durante siglos era habitual que tras la construcción o remodelación de un edificio, el arquitecto o taller dejara una huella de su intervención mediante un elemento decorativo oculto. En este ejemplo contemporáneo que bebe de la misma idea se ha llegado un poco más lejos. Con esta gárgola el artífice de la restauración de la Iglesia de San Juan en Lyon, Mohamed Bezinzine, se ha atrevido a realizarse un autorretrato.