El Magazine del Viajero
El rugido del motor resonando entre los acantilados, esa sensación de libertad al trazar una curva cerrada, el aroma de los pinos haciéndote cosquillas en la nariz… ¡Nada supera la experiencia de un road-trip en moto por las carreteras más bellas de Francia! Liligo te invita a combinar tu pasión por las motos con tu pasión por viajar. ¿Nuestro objetivo? Ayudarte a descubrir las carreteras más bellas de Francia sobre dos ruedas. Síguenos y descubramos los mejores road-trips en moto por Francia.
1. La ruta de los Grandes Alpes
Si sólo tuvieras que hacer una ruta en moto en su vida, sería ésta. Estos 720 kilómetros que unen el Lago Lemán con Niza son LA referencia absoluta para los amantes de las dos ruedas. Pero, ¿por qué esta ruta más que ninguna otra? En primer lugar, por la increíble sucesión de puertos míticos que probablemente conozcas del Tour de Francia. Según nuestra experiencia, subirlos en moto es una experiencia muy diferente. A 2.642 metros de altitud, el Galibier nos impulsa hacia un paisaje lunar que difícilmente podría ser más exótico. Es difícil describir la sensación de alcanzar su cima por primera vez… ¡Es como estar en otro planeta!
Planifica tu viaje por carretera entre mediados de junio y mediados de septiembre para asegurarte de que todos los puertos están abiertos. Y no olvides un poco de lana en las alforjas. Incluso en pleno verano, las temperaturas tienden a bajar drásticamente en altitud.
2. La Ruta Napoleón
¿Quién iba a pensar que la ruta que tomó Napoleón en 1815 se convertiría en una de las rutas en moto más bonitas de Francia? A lo largo de 320 kilómetros entre Antibes y Grenoble, esta ruta histórica (conocida como la N85) te llevará a través de una asombrosa variedad de paisajes. Tendrá la sensación de recorrer todas las facetas de Francia: las carreteras costeras de la Costa Azul, las estribaciones de los Alpes y nada menos que tres parques nacionales. Sin olvidar las impresionantes gargantas del Verdon, a las que hay que desviarse para admirarlas desde los distintos miradores.
La carretera es una delicia, con su firme liso y sus curvas perfectamente equilibradas. Aunque teóricamente se puede recorrer la ruta en un día, te aconsejamos encarecidamente que planifiques al menos una noche en el camino, quizás en Castellane o Sisteron. Estas pequeñas ciudades llenas de carácter bien merecen una visita, aunque sólo sea para degustar la gastronomía local, que será la recompensa perfecta a tus esfuerzos.
3. La Vuelta a Córcega
¿Te gustan las curvas? Pues no te lo pierdas. Como dicen los corsos con su legendario sentido del humor: “En nuestra isla, sólo hay dos curvas: ¡una a la izquierda y otra a la derecha!”. Este chiste resume a la perfección la experiencia que estás a punto de vivir: ¡un viaje por carretera lleno de diversidad! Por la mañana, conducirás por calas de aguas cristalinas; por la tarde, subirás por carreteras de montaña y disfrutarás de impresionantes panorámicas. No te costará nada pasar de la playa a 1.500 m de altitud en medio día.
Entre nuestras rutas favoritas de Córcega se encuentra la de 12 kilómetros entre Piana y Porto, una de las más bellas de Francia, ¡si no de Europa! La ruta de los Sanguinarios, cerca de Ajaccio, también merece una visita, sobre todo al final del día. ¡Es una de las puestas de sol más bellas que puedas ver!
Dedica entre 7 y 8 días a recorrer Córcega en moto, tomándote el tiempo necesario para detenerte donde más te apetezca.
4. La Ruta de los Castillos del Loira
Una delicia para cualquier motorista que se precie. Esta región, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no sólo es interesante desde el punto de vista histórico, sino que también es un terreno de juego excepcional para los amantes de las dos ruedas. Comienza su recorrido en Chambord y toma la D952, una carretera departamental que flanquea el Loira y ofrece curvas que provocarán la envidia de tus amigos motoristas. A lo largo de esta cinta de asfalto, descubrirás el castillo de Chenonceau balanceándose sobre el Cher, y después Amboise, donde Leonardo da Vinci hizo su último boceto.
Aunque las partes técnicas del recorrido están a la orden del día, no hay que dudar en hacer largas pausas para visitar el mayor número posible de lugares. Los entendidos te dirán que el tramo entre Loches y Chinon es uno de los imprescindibles, con sus curvas fluidas y su escaso tráfico.
¿Nuestro consejo? Planifica tu viaje para mayo o septiembre. Disfrutarás de un clima suave sin las hordas de turistas estivales. Y no olvides que algunos de los castillos que encontrarás a tu paso te ofrecen alojamiento donde dejar el casco tras una jornada de conducción. Aprovéchalo. Si quieres detenerte más en la contemplación de los castillos, aquí te dejamos nuestro artículo sobre los castillos más bonitos del Loira.
5. La Costa de Granito Rosa, Bretaña
¿Buscas un viaje en moto fuera de lo común? Entre Perros-Guirec y Trébeurden, la Costa de Granito Rosa podrás disfrutar de un espectáculo natural absolutamente magnífico: rocas rosas de formas inverosímiles, esculpidas por miles de años de erosión, todo ello bañado por la luz tan especial del norte de Bretaña.
El viaje comienza en Perros-Guirec a primera hora de la mañana, cuando se iluminan los tonos rosados del granito. La carretera costera que sigue es una auténtica delicia: curvas equilibradas, un firme de calidad y panoramas extraordinarios. El tramo entre Trégastel e Île Grande es imprescindible. Es como estar suspendido entre el mar y el cielo.
Para disfrutar de la mejor experiencia posible, elige los meses de mayo, junio o septiembre. Las carreteras están casi desiertas. Y para un merecido descanso, aparca tu moto cerca de la playa de Tourony para admirar el castillo de Costaérès.
