Te proponemos un recorrido fascinante por la España mágica.
España ha sido históricamente una tierra en la que lo mítico y lo legendario ha prendido con una facilidad pasmosa. Son muchas las leyendas que se asocian con determinados parajes y entornos naturales de la Península. Si te apasiona lo mágico y oculto, te proponemos algunos lugares para que te maravilles con todo tipo de mitos: El Santo Grial, el Paraíso perdido, el Jardín de las Hespérides y mucho más.
El Jardín de las Hespérides: Sevilla, Huelva y Cádiz
Una de las primeras, y más persistentes, leyendas sobre España es la del Jardín de las Hespérides. Los griegos pensaban que en lo más occidental del continente se encontraba un lugar paradisíaco que algunos antiguos identificaron con Tartessos. Una cultura refinada y próspera que se desarrolló en el triángulo Huelva-Sevilla-Cádiz y que más tarde se extendió a Badajoz y el Algarve. Para ser honestos, la Península Ibérica no era el único lugar que se barajaba como lugar de este edénico jardín. Algunos pensaban que se situaba en un lugar cercano al Atlántico, por lo que la Cordillera del Atlas es otra de las hipótesis. Sea como sea, ¡situar un lugar paradisíaco en esta privilegiada región ibérica no estaba desprovisto de sentido!
Las brujas de Zugarramurdi: hogueras en Navarra
Una popular leyenda que se inscribe en el furor incendiario contra las brujas desatado en el siglo XVII. Aunque España, en comparación con el Centro de Europa, salió mejor parada en cuanto a número de ejecuciones, tampoco se libró de esta fiebre. Sin duda, la quema de brujas en España más popular es la que tuvo lugar en esta localidad navarra a apenas 80 km de Pamplona. Se pensaba que en sus cuevas se llevaban a cabo actos de brujería, unas prácticas esotéricas, por lo demás, que ya tenían su historia en esas cavidades: ya en la Antigüedad se llevaban a cabo en su interior misteriosos rituales paganos. Sea como fuere, hasta 40 mujeres fueron apresadas, aunque finalmente fueron quemadas 12, o más exactamente 7, dado que las restantes fueron quemadas en efigie. Una historia muy negra que, sin embargo, se ambienta en un lugar de una belleza rural y paisajística de excepción.
Retorno al Paraíso perdido: el Valle de las Batuecas
El Valle de las Batuecas, en la Sierra de Francia, ubicada en la provincia de Salamanca, fue durante mucho tiempo una región ignota cuyos prados, bosques frondosos y cascadas hicieron a muchos pensar que era un trasunto del Paraíso. La leyenda cuenta que unos cazadores descubrieron allí personas que hablaban un idioma desconocido y vivían desnudos. Otra leyenda asegura que no fueron cazadores sino dos amantes fugados. Fue esta última leyenda la que tuvo mayor fortuna, siendo utilizada por Lope de Vega para una de sus obras teatrales. A partir de entonces, el mito de las Batuecas ha tenido un interesante recorrido literario que también ha inspirado a autores extranjeros. Al margen de las leyendas, el Valle de las Batuecas es un paraje absolutamente edénico cuya visita te procurará una experiencia de turismo natural irrepetible.
El Romeo y Julieta hispano: los amantes de Teruel
Una de esas historias de amor y muerte medievales que, en la estela de Tristán e Isolda, muestran hasta donde están dispuestos a llegar dos amantes. Algunos han aventurado incluso que en esta historia de amor infortunado incapaz de realizarse por las trabas sociales y familiares es un precedente, si no una inspiración, al Romeo y Julieta shakesperiano. Sea como sea, es una leyenda que ha tenido amplio impacto en Teruel. Puede verse en la hermosa Fuente de los Amantes, de estilo neomudéjar y en el mausoleo de los amantes en la Iglesia de San Pedro.
Naturaleza y el Santo Grial: Montserrat
Como ocurre con otras tantas leyendas, parece que es el inusual entorno natural lo que genera alrededor de sí el misterio y lo oculto. Montserrat, dado lo sobrecogedor de su orografía, no podía ser menos. España ha sido tradicionalmente una tierra fecunda para las leyendas sobre el azaroso destino del Santo Grial, tanto que se piensa que está a día de hoy en la Catedral de Valencia. Sin embargo, desde que Wagner ambientó su ópera sobre el Santo Grial Parsifal en las montañas del noreste de Cataluña, Montserrat se convirtió en uno de los lugares más legendarios de España. Tanto que años después, en plena Segunda Guerra Mundial, un wagneriano empedernido de nombre Heinrich Himmler, visitó con sus hombres de las SS este hermoso monasterio catalán. No sabemos si buscaba el Santo Grial aunque, a la luz de su luctuoso destino al finalizar la guerra, es casi seguro que no lo encontró. Montserrat es un lugar fácilmente visitable si viajas a Barcelona: con un alquiler de coches en Barcelona desde 10 € con agencias como Goldcar puedes plantarte en este místico lugar en apenas 1 hora.
¿Leyenda o Historia?: la Rejadorada de Toro
Cuentan que durante la Guerra Civil Castellana, los portugueses, adversarios de Isabel la Católica, ocuparon la localidad zamorana de Toro. Se tramó una conjura contra ellos en la casa de Juan de Monroy y Antonia García, siendo descubiertos los conspiradores a tiempo y ejecutados. La leyenda cuenta que fueron delatados por un muchacho enamorado de Guiomar, la hija de ambos, cegado por el rechazo de la joven. Antonia García fue muerta a garrote vil al lado de la reja de su casa, razón por la cual, tras la toma de la ciudad por las tropas de Isabel la Católica, la reina hizo dorar la reja en reconocimiento a la valentía de sus dos valientes partidarios.
En busca de la octava isla canaria: San Borondón
Aunque podríamos calificar de San Borondón como uno de esos ejemplos de geografía imaginaria, no deja de ser sugestivo la existencia de una octava isla canaria. Cuentan que en el siglo VI un misionero irlandés, San Brendón, surcaba el Atlántico con la misión de evangelizar nuevos territorios cuando se topó con una isla que parecía el mismísimo paraíso terrenal. Algunos cartógrafos empezaron a incluirla en sus mapas, adquiriendo esta isla fantasmal el nombre de “La Non Trubada” (La No Encontrada). Algunos aseguran haberla divisado desde la isla de Hierro, otros aventuran que es una isla errante, otros que emerge periódica y mágicamente de las profundidades; los más racionalistas, unos aguafiestas, explican que es un espejismo producido por las nubes. Tanta fascinación ejerció está leyenda que incluso en el Tratado de Alcaçovas, por el cual castellanos y portugueses se repartían el Atlántico, se convino que esa isla caería bajo jurisdicción española y no fueron pocas las expediciones organizadas para colonizarla. Sea como fuere, no es un mal plan tumbarse en una de las hermosas playas de la isla de Hierro a esperar que aparezca su misteriosa figura en el horizonte.