7 lugares que te desconectarán de la típicas celebraciones navideñas.
Si la Navidad -con todo su aparatoso carrusel de luces navideñas, papa noeles y villancicos- te carga y buscas huir de ella, te ofrecemos algunos destinos ideales para hacerlo. Lugares que destacan por salirse de los tópicos tan característicos de las Fiestas. Si la Navidad te pone negro o negra, ¡tienes donde elegir para una escapada invernal!
Desconectar con las luces de Navidad (Azerbaiyán)
Con un 3% de población cristiana, en Azerbaiyán tienes un 97% de posibilidades menos de encontrarte con villancicos y demás parafernalia navideña. Pero al margen de la broma Azerbaiyán merece mucho la pena en cualquier época del año dado que es un país con una herencia histórica y artística apabullante. Vale mucho la pena conocer Bakú, en donde podrás disfrutar de la Torre de la Doncella y el Palacio de Shirvanshah, una construcción que, al igual que toda la parte amurallada de la ciudad, está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Visitar la ciudad menos navideña de Europa (Stoke-on-Trent, Inglaterra)
En honor a la verdad, no sería de justicia calificar de poco navideños a los habitantes de esta apacible ciudad inglesa; acaso sólo lo sean algunos de sus majors. Pero lo cierto es que en los últimos años esta localidad se ha hecho famosa por haber organizado algunas de las Navidades menos navideñas. En el alumbrado público no se felicita la navidad sino que se dan “Season Greetings”; asimismo la palabra Christmas es remplazada por Winterfest. Y, por supuesto, los papa noeles brillan por su ausencia: el símbolo de las fiestas en esta ciudad inglesa queda representado por Jack Frost. De todos modos, visitar esta localidad puede ser una gran opción para una Navidad diferente: cuenta con un interesante parque de atracciones de invierno que hará las delicias de los más pequeños.
Noches navideñas en la playa (Montevideo)
En la capital uruguaya no escaparás de las luces navideñas, de los villancicos y de los papá noeles, aunque podrás ignorarlos pasándote todo el día en la playa. Y es que en el país austral sus meses de verano coinciden con los meses de invierno en el hemisferio norte. Si las únicas luces que quieres ver son la de las estrellas durante una noche de playa, esta ciudad rioplatense es tu destino ideal. Aunque siempre puedes echar mano de un alquiler de coches en Montevideo y darte un salto a Punta del Este, uno de los destinos de veraneo más concurridos y relajantes de la región.
Volver al paganismo en Escandinavia
Para muchas personas la Navidad es una reelaboración cristiana del solsticio de invierno. Un acontecimiento que en las sociedades paganas del Norte de Europa se celebraban el 21 de diciembre recordando a los muertos y sacrificando una cabra en honor de Thor. Es lo que se conoce como festividad de Yule. Una de las costumbres consistía también en instalar un árbol, denominado el Ygdrassil. Un elemento que recuerda mucho al árbol de Navidad, pero que en las sociedades paganas representaba el Gran Árbol cósmico del que pendían los mundos. Todavía hoy se celebra el Yule de maneras muy variadas y residuales (a menudo con cierto regusto nostálgico), especialmente en Escandinavia e incluso en Gran Bretaña.
Conocer a un Papá Noel español (Holanda)
Si te carga la imagen de Papá Noel, viviendo en su casita de Laponia, rodeado de renos y de laboriosos elfos, no lo dudes y date un salto a Holanda. La particular variación de Santa Klaus, para los holandeses Sinterklaas, es un Papá Noel que viene de España. Acostumbra a entrar en Ámsterdam a bordo de un barco, cruzando los canales en compañía de su comitiva de ayudantes (denominados Pedros Negros). La explicación de esta tradición tiene su miga: se pensaba que los restos del verdadero San Nicolás reposaban en Bari (Italia) y tras la conquista de Nápoles por parte de los españoles en el siglo XVI, acabó calando que San Nicolás vivía en España. Cosas de la Historia. Aunque para vestigios de la Historia el que se refiere al castigo del Papá Noel a los niños holandeses que se porten mal: llevárselos a España. Una leyenda que podría remontarse a la difícil ocupación española de los Países Bajos.
Desmitificar a Papá Noel (Estados Unidos)
Para muchos, Papá Noel es el símbolo de Navidad, acaso por la ilusión y por la alegría que este orondo personaje transmite sobre todo en los niños. Sin embargo, para los menos niños es también un símbolo de todo lo rechazable de la Navidad: las compras compulsivas, el consumismo. La mejor manera de desmitificar a Papá Noel es acercándose a su creador o, mejor dicho, a quien elaboró la imagen del Papá Noel moderno: Thomas Nast.
Thomas Nast es considerado uno de los padres de la sátira gráfica en EE.UU. Aunque de origen alemán (sus familia era de Hamburgo), desde muy pequeño se estableció en el país americano, donde fue especialmente distinguido por sus acendradas críticas y su ácido trazo. El museo que acoge más obras de este autor es el Mcculloch Hall Historical Museum, un lugar, además, rodeado de preciosos jardines que en navidad quedan cubiertos por la nieve. Podrás disfrutarlo en Morristown (a apenas tres cuartos de hora en coche desde Nueva York).
Volver a las raíces de la celebración (Jerusalén)
Mucha gente puede llegar a rechazar las fiestas navideñas no tanto por su significado como por el alejamiento que han experimentado con respecto a su sentido original. Si te encuentras entre este grupo de personas, entonces un gran destino puede ser Jerusalén. A tan sólo 9 km en coche de la Ciudad Santa puedes llegara a una no menos santa localidad: Belén. Declarada Patrimonio de la Humanidad por su hondo significado religioso, allí podrás contemplar la Iglesia de la Natividad, en donde se piensa que Cristo nació.
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