Que a este faro lo apoden el “Versalles del mar” o “El rey de los faros” no es algo gratuito, y cuanto más lo descubrimos, más lo entendemos. Esta peculiar construcción se encuentra en Aquitania, Francia, entre las localidades de Royan y Pointe de Grave. En un lugar perfecto para disfrutar del aire, el agua y el yodo del mar…
Tras siglos de leal servicio al tráfico marítimo, el Cordouan sigue aguantando las embestidas del mar, manteniéndose implacable ante el poderoso océano. Su construcción dio inicio allá por el 1584, no viendo su final hasta el 1611. Esto hace que sea el faro activo más antiguo de Francia.
Las en ocasiones complicadas condiciones meteorológicas no permiten que quede abierto a visitas durante todo el año, restringiéndose estas a los meses de verano. Su situación, a 7 km de la costa, marca la senda para llegar al cercano puerto de Royan.
Datos técnicos
- Altura: 68 metros
- Alcance del haz de luz: 40 km
- Materiales: torre de mampostería y piedra blanca (Saintonge)
- Escaleras: 311 escalones hasta ascender a la linterna
- Otros datos: 41 metros de diámetro y 8,30 metros de altura
Una vez que lleguemos al faro, podemos dejar nuestro bote en un pequeño apeadero. Durante la bajamar queda al descubierto una senda de 260 metros de largo. Es el momento de dirigirnos al faro, subir las escaleras con sus más de 300 pasos que nos llevan a la cima y, una vez allí, contemplar el Grial que es su linterna. Eso sí, por suerte, en la subida encontraremos descansillos en los que recuperar un poco el aliento al tiempo que admiramos el entorno.
La distribución queda como sigue:
- 1ª Planta: apartamento del Rey
- 2ª Planta: capilla
- 3ª Planta: salón Girondins
- 4ª y 5ª Planta: rodamientos
- Ático: aquí encontramos la lampara así como unas vistas únicas del estuario de Gironde y sus costas