El Magazine del Viajero
Hoy nos damos una vuelta por algunos de los templos cristianos más espectaculares.
Los templos ortodoxos tienen un encanto intransferible. Tal vez sea por su toque oriental y su especial confesión, tan cercana, y al mismo tiempo, tan lejana de nosotros. Sea como fuere, lo cierto es que existe una buena constelación de iglesias y catedrales ortodoxas que quitan el aliento. Y sin renunciar a la originalidad. Porque las iglesias ortodoxas son mucho más diversas que la típica iglesia rematada por cúpulas en forma de bulbo. Hoy nos adentramos en este desconocido patrimonio de la arquitectura cristiana. Templos que abarcan un área geográfica enorme y culturalmente muy diversa: desde los Balcanes y el Cáucaso hasta lo más profundo de la Rusia asiática.
Catedral de Cristo Salvador (Moscú)
Comenzamos por una de las catedrales ortodoxas más monumentales. Y es que está considerada como el templo de esta confesión más alto del mundo. Inaugurada en 1883 con música de Tchaikovsky (nada más y nada menos), el templo pretendía ser también una conmemoración de la derrota de las tropas napoleónicas en 1812. Lo cierto es que este templo ha tenido una historia bastante ajetreada, dado que fue destruido completamente en 1931 para erigir en su lugar el Palacio de los Soviets. Construcción que, finalmente, no se llevó a cabo. Tras la caída del comunismo fue reconstruida, por lo que, realmente, lo que podemos ver a día de hoy es realmente muy moderno.
Catedral de San Basilio (Moscú)
Posiblemente la construcción que nos viene inmediatamente a la cabeza cuando pensamos en Rusia y en el cristianismo ortodoxo. Ubicada en la Plaza Roja es todo un símbolo del país euroasiático. Fue mandada construir por Iván el Terrible tras la conquista del Kanato de Kazán en el siglo XVI. Razón por la cual el templo es tan impresionante. De hecho, cuentan que el zar mandó arrancar los ojos del arquitecto para que no pudiera construir nada mejor. Una leyenda que se repite con variaciones en muchos de los edificios más impresionantes del mundo, por cierto. Pero no importa que esta leyenda sea cierta o no para comprobar su impresionante arquitectura. Lo más característico de ella son las cúpulas en forma de bulbo, que algunos piensan que pudo tomar la inspiración de las mezquitas del Kanato de Kazán. En lo que respecta al resto del edificio, su influencia podría venir de las antiguas iglesias de madera del norte del país. Sea como fuere, no hay duda: es 100% rusa. Y también 100% Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Catedral de Alexander Nevski (Sofía)
Otro de los ochomiles ortodoxos. Y es que esta Catedral es uno de los 10 templos de esta confesión más grandes que hay. Sus cifras lo dicen todo: una superficie de más de 3.000 metros cuadrados y capacidad para 10.000 personas. Como suele ser habitual en este tipo de templos mastodónticos, su construcción es reciente. Fue iniciada en 1882, justo el momento de reafirmación nacional del país. La construcción del templo entraba dentro de este movimiento de reafirmación. De hecho, el estilo fuertemente bizantino del templo da buena cuenta sobre el legado al que los búlgaros reclamaban pertenecer. Con todo, la construcción se demoró varios años, siendo concluida en 1912. Desde entonces, es uno de los orgullos patrimoniales de los búlgaros.
Iglesia del Salvador sobre Sangre Derramada (San Petersburgo)
Otro de los templos rusos más emblemáticos. Esta vez hemos de ir a su gran ciudad europea, San Petersburgo, para contemplarlo. Como suele ser habitual en los templos ortodoxos, cuya confesión está más ligada con el poder político y real que en el cristianismo occidental, la construcción tiene mucho que ver con el zar. En este caso, con el asesinato del monarca Alejandro II producido en 1881 (de ahí su referencia a la sangre derramada). En lo formal, la iglesia toma prestados varios de los componentes más representativos de la Catedral de San Basilio, aunque introduciendo un barroquismo notable. Además, se ubica cerca del Canal Griboyédova, por lo que las instantáeas que se pueden tomar de ella son, simplemente, espectaculares.
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Catedral de la Santisima Trinidad (Tiflis)
Nos hemos paseado por Rusia y los Balcanes. Ahora le toca el turno al Cáucaso, otro de los ámbitos de extensión de la religión ortodoxa. Y lo hacemos, de nuevo, con otro de los templos récord. Y es que esta catedral, erigida entre 1994 y 2005 es el tercer templo ortodoxo más grande del mundo. Con una superficie de casi 2.400 metros cuadrados, es todo un despliegue de arquitectura con fuerte sabor nacional. En este caso, georgiano. Sin embargo, también se puede apreciar, sobre todo en su interior, referencias al estilo bizantino. Y es que Bizancio fue durante siglos la gran potencia del cristianismo ortodoxo. Toda una declaración de intenciones (y de fe) en el corazón del Cáucaso.
Catedral de la Salvación del Pueblo Rumano (Bucarest)
¿Recuerdas que antes mencionamos que el cristianismo ortodoxo está vinculado muy fuertemente con el poder político? Pues aquí tenemos el ejemplo más acabado de este hecho para terminar la lista. Nos referimos al monumental templo, todavía en construcción, que puede contemplarse en la capital de Rumanía. Cuando se termine, en 2024 (fecha prevista), será el templo ortodoxo más grande del mundo. ¡Un espacio en el que tendrán cabida hasta 125.000 fieles! Y también tendrá las campanas en suspensión más grandes del mundo. Y, como no podía ser de otra manera, echando mano de las esencias: estilo neobizantino con toques de arquitectura tradicional rumana. Todo un alarde XXL en una ciudad, por cierto, que no está sobrada de mastodontes arquitectónicos. Y, si no, detente a contemplar el Parlamento rumano que se ubica muy cerca de este templo ortodoxo.
