El Magazine del Viajero
Si hay una ruta que no puedes perderte en Francia esa es la conocida como ruta de los Castillos del Loira. Como bien dice su nombre, se trata de un itinerario que te descubrirá algunos de los castillos más bellos de Francia al mismo tiempo que recorremos el hermoso valle del Loira. Los amantes del arte, además, disfrutarán a más no poder, dado que todo este paisaje natural y cultural ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y nos muestran la exuberancia del arte durante los tiempos de Francisco I. Una ruta, en definitiva, que cruza Francia desde su parte más central y termina a orillas del Atlántico. En su transcurso pasa por ciudades tan emblemáticas como Orleans, Tours o Nantes. ¡Te mostramos lo mejor de lo mejor! Y, si quieres verlos desde vistas increíbles, recuerda que es uno de esos destinos en los que poderse subir a un globo aerostático.
Y, si quieres ampliar la información sobre el amplísimo mundo de los castillos te recomendamos los artículos sobre los castillos renacentistas más bonitos de Francia y los castillos más impresionantes de la Alemania romántica.
Castillo de Chambord
Empezamos por el castillo más grande de la ruta, ubicado en el departamento de Loir-et-Cher. Un monumento de auténtico cuento de hadas que, se piensa, pudo haber sido concebido en parte por Leonardo Da Vinci. No olvidemos que este artista genial trabajó para Francisco I, el famoso rey renacentista francés. Sea como fuere, la calidad del monumento es excepcional como acredita su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin duda, lo que más turistas atrae es su famosa escalera helicoidal. Un prodigio del diseño y la arquitectura que vale la pena visitar. Si te animas a hacerlo, piensa que hay que pagar entrada (su precio ronda los 14 €).
Castillo de Chenonceau
La región del valle del Loira fue durante bastante tiempo, en plena Edad Media, campo de batalla entre las familias Blois y Anjou. Es por ello que proliferaron los monumentos defensivos. El castillo de Chenoceau se asienta sobre una de estas construcciones medievales, aunque lo que podemos ver hoy en día es puramente renacentista. Ubicado a 45 minutos de Blois, su prestancia y elegancia son absolutas, con sus tonalidades blancas y torres redondas tan características de estos castillos. Aunque lo más destacado es la galería que se asienta sobre las arcadas de un puente. Un emplazamiento que, como puedes ver en la foto, da para extraordinarias fotos.
Castillo de Azay le Rideau
Tours es una ciudad por la que has de pasar sí o sí durante tu ruta. Además de sus bellezas, podrás disfrutar también de este castillo ubicado a apenas 30 minutos. Lo traemos a esta lista porque se trata de un castillo pequeño pero muy, muy coqueto. Además, se ubica en una isla del río Indre (afluente del Loira) de tal manera que parece que flota en el agua. Si te interesa el arte, entonces tienes un bonus track: puedes visitar su interior decorado con multitud de piezas originales del Renacimiento. Eso sí, como es habitual en los castillos del Loira, la entrada dura entre 10 y 15 €.
Castillo de Cheverny
Cheverny es uno de los castillos más famosos de la ruta. Ubicado a 10 km de Blois presenta una de las arquitecturas más equilibradas y elegantes. Si eres aficionado a los cómics tal vez te haya recordado al castillo de Moulinsart de Tintín. ¡Y es que Hergé pudo haberse inspirado en este castillo para sus cómics! Lo más destacable de Cheverny, además de la evidente calidad arquitectónica, son los jardines de estilo francés e inglés que lo rodean. Un entorno de gran belleza que, por si fuera poco, se ve amenizado por tramos de bosque. En suma, un lugar que es el mejor match entre lo cultural y paisajístico. Y, como es habitual, podrás entrar en su interior por un precio que ronda los 14 €. Parece caro, pero vale la pena: en su interior se albergan cuadros de grandes pintores, entre ellos, del mismísimo Tiziano.
Castillo de Chaumont
Este castillo, a pesar de no ser el más grande (ni acaso el más espectacular), es sin duda uno de los más conocidos. En buena parte debido a su excepcional estado de conservación, que confiere ese inconfundible aire de cuento de hadas. Además, es el escenario de un festival anual sobre diseño de jardines, el Festival del Jardín, que tiene lugar desde abril a octubre. Lo demás, como puedes ver, es pura historia. Su interior es totalmente fastuoso, y cuenta con el plus de lo que allí sucedió. Y es que cuentan que allí vivió un tiempo el famoso Nostradamus…
