Atlantic City, famosa estación balnearia de Nueva Jersey, fue considerada en su día Las Vegas de la Costa Este. Fundada en el siglo XIX, vivió su época dorada durante la Ley Seca gracias a sus casinos y espectáculos clandestinos. Y aunque la legalización del juego en 1976 marcó el comienzo de una nueva era de prosperidad, la competencia y los retos económicos están erosionando poco a poco su atractivo. Antaño florecientes, los casinos se enfrentan ahora a crecientes dificultades financieras. Aquí, lejos del turismo de masas y en el corazón de la América más auténtica, decidimos hacer las maletas para una visita llena de sorpresas… Y, si quieres continuar tu viaje, aquí te dejamos nuestro artículo sobre los casinos más grandes del mundo.
¿Cómo llegar a Atlantic City?
La forma más fácil de llegar a Atlantic City es volar a Nueva York y luego tomar el autobús hasta la ciudad costera. También puede alquilar un coche en el aeropuerto u optar por una excursión organizada desde Nueva York. La duración media del trayecto desde la Gran Manzana es de dos horas.
Los gloriosos orígenes de Atlantic City
Todo empezó en la isla de Absecon, un pequeño páramo habitado por los indios Lenni-Lenape y Algonquin. Los primeros colonos europeos llegaron a principios de la década de 1780, y entre ellos estaba Jeremiah Leeds, que se instaló con su familia en una modesta casa de cedro. Atlantic City era entonces sólo una aldea. Fue a mediados del siglo XIX cuando todo cambió. El visionario Dr. Pitney vio en ella un refugio ideal para los habitantes de las ciudades de Nueva York y Filadelfia. Gracias a él, en 1854 se construyó una línea de ferrocarril que unía la ciudad con el continente. Fue el comienzo de una transformación espectacular.
Atlantic City se convirtió rápidamente en un destino popular. En 1870 se construyó el primer paseo marítimo. Este paseo de madera a lo largo de la playa era el más largo del mundo. Los hoteles y pensiones de lujo surgieron como setas. Restaurantes, cafés, teatros y salas de conciertos animaban la ciudad día y noche.
La edad de oro de Atlantic City culminó con la Ley Seca (1919-1933). La ciudad se convirtió en un paraíso para burlar la ley. El alcohol corría libremente en los bares clandestinos y las autoridades locales hacían la vista gorda. Atlantic City se autoproclamó «El patio de recreo del mundo». Los locos años veinte estaban en pleno apogeo. El Harlem Club de Kentucky Avenue, en particular, acogía a los mejores artistas de jazz de la época. Una ciudad de placer y entretenimiento, donde lo prohibido se hacía posible. Y fue esta herencia la que marcaría su destino durante décadas.
Una ciudad en declive
Pero basar su economía únicamente en el entretenimiento era un riesgo, un gran riesgo… Los estados vecinos, sobre todo Pensilvania, Nueva York, Delaware y Maryland, legalizaron los casinos. De los doce establecimientos de juego de la estación balnearia, cinco cerraron sus puertas. Y la crisis de 2008 no ayudó en absoluto. El sector inmobiliario se desplomó y el turismo se estancó. Las desigualdades aumentaron, con un 40% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza.
La segregación crece y excluye a ciertos barrios del acceso al crédito. Ante estas dificultades, Atlantic City intentó reinventarse. La ciudad trató de diversificar su oferta turística, inspirándose en el modelo de Las Vegas. Está desarrollando su vida nocturna, los conciertos, el deporte y el teatro. Los inversores están revitalizando el centro de la ciudad con la apertura de restaurantes, bares y centros de bienestar en la zona conocida como Orange Loop.
En 2018 abrieron sus puertas dos nuevos casinos. La legalización de las apuestas deportivas ese mismo año dio un impulso al sector. Todos los casinos ofrecen ahora zonas dedicadas a las apuestas sobre eventos deportivos. La ciudad también apuesta por los grandes eventos. En verano se organizan conciertos en la playa y el Atlantic City Air Show atrae cada año a 500.000 personas. A pesar de todos estos esfuerzos, los casinos permanecen prácticamente desiertos el resto del año, y el Boardwalk sigue siendo poco utilizado…
¿Qué ver y hacer hoy en Atlantic City?
A pesar de su compleja ubicación, te sorprenderán las muchas cosas que ver y hacer en Atlantic City.
Paseo marítimo de Atlantic City
Éste es EL lugar en el que hay que estar cuando se visita Atlantic City: el famoso paseo marítimo. Este paseo marítimo de 9 km de longitud discurre a lo largo de la playa y ofrece impresionantes vistas del océano. Encontrarás tiendas, restaurantes e incluso un muelle con atracciones. El lugar perfecto para pasear y disfrutar del ambiente vintage de la ciudad.
Casinos
Sí, su número ha disminuido y está mucho menos concurrido que en los años setenta, pero los casinos de Atlantic City siguen siendo el corazón de la experiencia. Si quieres probar suerte en las máquinas tragaperras o en las mesas de juego, no dejes de visitar el Borgata Casino y el Hard Rock Casino. Y aunque no apuestes, el ambiente merece la pena.
Muelle de Acero
Es uno de los lugares más famosos de Atlantic City: su parque de atracciones en el muelle. Hay atracciones, juegos y una noria que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y el océano.
Faro de Absecon
Suba los 228 escalones de este histórico faro, el más alto de Nueva Jersey. En la cima, se verá recompensado con una vista espectacular de Atlantic City y de toda la región.
El elefante Lucy
No se pierda esta curiosidad durante su estancia en Atlantic City: un edificio con forma de elefante gigante construido en 1881. Situado en Margate, justo al sur de Atlantic City, Lucy the Elephant es un punto de referencia local.
Un futuro incierto
La buena noticia para Atlantic City es que los ingresos de los casinos en 2023 alcanzaron los 2.740 millones de dólares, un 9% más que el año anterior. Pero este crecimiento oculta dificultades persistentes. Atlantic City busca reinventarse y apuesta por diversificar su oferta turística. Conciertos en la playa, eventos y el desarrollo de nuevas atracciones pretenden atraer a un público más amplio. El objetivo es claro: dejar de depender únicamente de los casinos.
Desde que Donald Trump, durante mucho tiempo uno de los principales actores de la industria del juego en Atlantic City, retiró sus inversiones, incluida la dinamitación del Trump Plaza en 2014, la ciudad ha luchado por recuperar su antiguo glamour, pero aún no ha dicho su última palabra.