Consejos Liligo para que recorras el mundo sin destrozarte las cervicales.
A menudo viajar es la mejor manera de expandir el alma, aunque no es menos cierto que, debido a los traslados, los largos viajes en avión y las esperas en aeropuertos, puede ser también un modo de contraer las cervicales. Sin embargo, no vale la pena que renuncies a viajar si acostumbras a padecer dolores musculares. Es entonces el momento de plantearse, ¿qué almohada usar si me duelen las cervicales? Existe una amplia gama de almohadas de viaje, algunas de ellas realmente curiosas. Para más información, te aconsejamos consultar nuestros artículos sobre cómo dormir en un trayecto de tren, cómo dormir en un trayecto largo de bus y cómo dormir en un trayecto de avión.
La almohada-escafandra
¿Cómo se usan las almohadas de viajes? Una pregunta que, lejos de ser superflua, tiene todo el sentido si atendemos a algunos modelos tan curiosos como este que te traemos. Aunque parezca diseñada para viajar a Marte o descender a la fosa de las Marianas, esta curiosa almohada de viaje te permitirá sumergirte en un sueño profundo en el aeropuerto. Consta de 3 agujeros, uno para la boca y dos para introducir las manos. La idea es aislarte de toda distracción exterior, ya sea de ruidos o luz excesiva. Ideal para echarte una siesta en tu escala. Te aseguramos que, con ella puesta, conseguirás desconectar de tu alrededor. ¡Otra cosa es que tu alrededor consiga pasar por alto tan divertida y estrafalaria almohada!
La almohada-bufanda
Si eres algo más tímido y no te animas a usar la anterior almohada, siempre tienes opciones más discretas. Probablemente la más discreta de todas sea esta almohada bufanda. Usarla es muy fácil: se enrolla alrededor del cuello para que un soporte elástico interno se adapte al cuello y lo mantenga en buena posición. ¡Una gran opción para echarte un sueño en el avión sin dar mucho el cante!
Una almohada de realidad virtual
Aunque parezca un casco de realidad virtual, esta almohada tiene un propósito mucho más práctico. Según cómo te la coloques, tiene un efecto diferente. Por ejemplo, si te la colocas alrededor del cuello, te servirá para protegerlo; en cambio, si la colocas en al parte superior de la cabeza, servirá como amortiguador si vas a echarte una cabezadita apoyado en el cristal de un autobús o de un coche (aunque también en la ventanilla de un avión). Además, te cubrirá los ojos para que la luz no perturbe tus sueños. ¡Todo en uno!
La almohada de viaje de Caperucita Roja
Si la incapacidad para conciliar el sueño en un avión es tu lobo feroz, con esta almohada de viaje de Caperucita Roja podrás conseguir el sueño deseado. Esto se debe a la capucha que incorpora, de gran utilidad para protegerte de la luz exterior. Además, si eres de esos a los que les incomoda que alguien pueda verte durmiendo con la boca abierta, esta capucha te tapará parte de la cara brindándote una mayor intimidad. Eso sí, si no deseas ser Caperucita Roja, también tienes disponibles estas almohadas de viaje en una gran variedad de colores como el gris, el negro y el azul.
La almohada de viaje cruzada
Esta almohada de viaje está especialmente pensada para mantener tu espalda en buena posición. Es por ello que su forma presenta una forma de coma: te la colocas en el hombro y la pasas por tu tórax y abdomen hasta la cintura. Aunque no es obligatorio que la cruces sobre el pecho, es la manera más habitual de usarla.
Almohada de viaje Woollip
Este tipo de almohada está pensada para ser usada de manera frontal, especialmente en los aviones. Así, su material acolchado te procurará el mejor descanso mientras reduce que la luz te impida conciliar el sueño. Incluye dos agujeros laterales para que puedas introducir los brazos. Si te cuesta coger el sueño estando recostado sobre el respaldo de un asiento, es una opción cuanto menos curiosa que puedes probar.
La almohada de viaje de Hannibal Lecter
Una curiosa almohada que más que para la cabeza parece diseñada para la mandíbula. Realmente lo que esta almohada consigue es sujetar tu cabeza al asiento y evitar malas posturas en el transcurso de tu sueño. Es cuanto menos una almohada peculiar, por lo que lo mejor es que le des una oportunidad. Eso sí, no te aseguramos que puedas frenar un repentino deseo de morder a tu compañero de pasaje. ¡Pero todo es probar!