Dormir en el asiento de un avión no suele ser tarea fácil… sobre todo si hemos reservado un vuelo low cost, con sus estrecheces y constantes anuncios de chucherías y sorteos. Si a esto le añadimos un niño llorón, la cosa ya se pone imposible. Por esto hemos decidido compartir contigo nuestras 5 reglas de oro para dormir en un avión, para que en tu próximo vuelo consigas dormir como un bebé.
Si tu siesta en el aeropuerto te ha sabido a poco y la quieres continuar en tu vuelo, tenemos algunos consejos que quizás te puedan ayudar. No podemos asegurar su eficacia al 100 %, pero si los sigues tendrás más posibilidades de caer rendido en los brazos de Morfeo, y así llegar a tu destino fresco como una lechuga y preparado para disfrutar. Y, para ampliar informarción, nada como consultar nuestros artículos sobre cómo dormir en un trayecto largo de bus y los tipos de almohadas de viaje.
Elije bien el asiento
La elección del asiento es algo crucial y determinante a la hora intentar dormir. La mejor opción es junto a la ventanilla: podremos apoyar la cabeza y no nos molestarán si nuestro vecino quiere ir al servicio. Por otra parte, evita las últimas y primeras filas, más cercanas a los servicios y por lo tanto menos tranquilas: las ideales son las que se encuentran junto a las salidas de emergencia, que además son más amplias.
Ten en cuenta que no todas las aerolíneas asignan los asientos (ahora Ryanair sí). Si en tu vuelo no lo hacen, es recomendable que llegues pronto, para poder elegir.
Atención al equipaje de mano
Aunque lleves dos bultos como equipaje de mano, intenta no poner nada bajo el asiento, para tener más espacio para las piernas. Un truco es llevar una maleta un poco más grande en lugar de dos más pequeñas (eso sí, siempre respetando las medidas de la compañía). Asegúrate también de tener siempre a mano todo lo que necesites: revistas, libros, portátil…
Evita el café u otros excitantes
La cafeína es uno de los grandes enemigos del sueño, por lo que es recomendable que evites tomar café u otras bebidas estimulantes hasta cinco horas antes de la salida de tu vuelo. En su lugar puedes tomar zumos, bebidas descafeinadas o simplemente agua. Haz atención también a la comida, eligiendo alimentos ligeros, como verduras, carnes blancas o frutos secos en vez de comidas más pesadas.
Lleva tu kit para dormir
Lleva todo lo que te ayude a dormir cómodamente. Elementos como una almohada inflable te pueden ayudar, de hecho hoy en día hay modelos que ya no ocupan casi nada y realmente ayudan a descansar en una postura cómoda para nuestro cuello (las compradas siempre son mucho mejores que las que ofrecen las aerolíneas).
Tapones para los oídos o unos buenos auriculares también ayudan a hacer el viaje más confortable, al aislarnos del entorno. Y aunque te parezca demasiado «sofisticado», un antifaz para dormir es realmente práctico para que la luz no te moleste y conseguir un buen descanso. Un calzado cómodo o un segundo par de calcetines también ayudan a estar a gusto.
Relájate…
Lleva una buena selección musical relajante: nada de Death Metal si lo que quieres es dormir. Un buen libro o revista también ayuda a tranquilizarnos y templar el ánimo.
¿Cuáles son tus trucos para dormir como un tronco en el avión?
Para mi lo mejor tomarme dos orfidales, mano de santo
¡Ojo con la automedicación! 😉
La información que esta en tu blog es muy interesante
Muchas gracias por seguirnos!
para mi la clave es lo que has comentado…. yo en cuento me pongo a leer aguanto media hora y me quedo frita!! de boca abierta y todo!
Hola «Blog de viajes»!!! 😛
Jop, pues que suerte!! La mejor forma de volar (o desplazarse de otras formas) es esa, dormirte cuando estás saliendo, despertar cuando estás llegando… envidia me das!!!! 🙂
Saludos!