Gallego afincado en Seúl y amante de la música, Felipe es el autor del blog “Eurowon” (por aquello de las monedas europeas y coreanas), un sitio donde se puede descubrir cómo es la vida de un español en Corea, además de aprender muchísimas cosas sobre este interesante país asiático. Porque Corea es mucho más que el “Gangnam Style”.
- Hola Felipe, ¿puedes presentarte brevemente a ti mismo y el blog?
Me llamo Felipe y soy un español oriundo de Galicia. Antes de venir a Corea pasé cuatro años en Irlanda, en un pueblecito situado en el centro de la nada. Ahora llevo en Seúl, Corea del Sur, desde el año 2010. Me casé en 2009 con una chica coreana y poco después creamos el blog Eurowon en el que cuento cosas de mi vida en Corea del Sur y mis viajes. Como esto de los blogs es un vicio incontrolable, he abierto otro de música llamado «Musimales» y recientemente un curso de coreano online.
- ¿Cómo es tu vida en Corea? ¿es muy diferente a la que llevabas en España?
Sí, es muy diferente. Para empezar, en Corea tengo una vida familiar con mi esposa y nuestra hija, mientras que en España e Irlanda estaba soltero. Aparte de esta diferencia, en Europa trabajaba como ingeniero y en Corea trabajo como traductor y revisor, habiendo sido también profesor de español y community manager.
En general el ritmo de vida es muy diferente. Aquí no hay tiempo para descansar. A veces parece que no se puedo uno ni parar a pensar. Todo es hacer, avanzar y tirar para adelante lo más rápido posible. La sociedad es mucho más competitiva, la gente es muy materialista y las relaciones son más superficiales que en España.
Pese a todo, yo me he hecho mi huequecito y no vivo mal. Estoy muy contento con mi familia y mi vida en Corea. Aunque no oculto que me gustaría retomar mi carrera profesional, también me gusta probar nuevos caminos y aprender cosas nuevas. Algo que no soportaba en España era la sensación de haberme atascado, y esto en Corea no sucede porque no hay pausa.
- Después de este tiempo, ¿qué es lo que más te gusta del país?
Lo que más me gusta es el dinamismo de la sociedad, la sensación de tener que estar siempre en movimiento. Es algo bueno que ayuda a espabilarse. También me gusta la cultura, la arquitectura tradicional e incluso el idioma. La gastronomía, sin ser excelente, también me gusta mucho. Por último, me gustan ciertas comodidades de la vida diaria, como la enorme penetración de internet, el transporte público, el bajo precio de comer en restaurantes comunes, las tarjetas de transporte que valen para todo, las tiendas 24 horas, etc.
- ¿Y lo que menos?
Lo que menos me gusta podría resumirlo en que muchos coreanos son completamente indiferente ante las personas desconocidas. Todo el respeto que se muestra ante los conocidos desaparece cuando se ven rodeados por desconocidos. Así, por ejemplo, la gente empuja en el metro, se cuela en las colas, escupe en la calle, no respeta los semáforos, las motos van por las aceras a toda velocidad, etc. Otro punto negativo sería el clima, muy frío y seco en invierno (hasta 15 bajo cero) y muy agobiante en verano (con más de 30 grados y una humedad altísima).
Ningún país es perfecto, sobre todo cuando has vivido en varios y te das cuenta de que en todas partes hay ventajas y desventajas. Para mí, en Corea las cosas buenas superan por mucho a las malas, y por eso sigo aquí.
- ¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de tu vida en Corea del Sur?
Tengo varios. De tener que escoger, me quedo con mi boda y el nacimiento de mi primera hija (hay otra en camino). También destacaría mi participación en la ceremonia de apertura del Campeonato Mundial de Atletismo de Daegu 2011, donde llevé la bandera española, y la primera vez que completé un medio maratón.

- ¿Cuáles son las diferencias más importantes que encuentras entre Corea y España? ¿has sufrido mucho «shock cultural» viviendo allí?
La mayor diferencia, que a la vez es también la mayor barrera, es el idioma. Aprender coreano es una tarea exigente y lenta, aunque muy gratificante cuando se va avanzando. También es muy diferente el trato personal, más educado pero al mismo tiempo más distante. Es muy difícil llegar a trabar una verdadera amistad con un coreano, mucho más difícil para un español en Corea que para un coreano en España.
No sufrí «shock cultural» porque al salir al extranjero hay que estar preparado para encontrarse estilos de vida diferentes, y hay que hacer un esfuerzo de adaptación. Además, Corea del Sur es un país muy avanzado y un poco «occidentalizado», en el sentido de que el estilo de vida está muy influenciado por Estados Unidos. Aunque hay diferencias, vivir en Corea no es comparable a irse a un país de África o del Sudeste Asiático.
- Para alguien que vaya a viajar a Corea del Sur, ¿qué consejos generales le darías?
Como consejos generales, preparar bien el viaje antes de venir, porque orientarse en Corea puede ser un poco difícil si no se habla coreano. Para moverse lo mejor es usar el metro en Seúl, y el tren rápido KTX para moverse a otras ciudades. También es buena idea levantarse temprano, ya que en Corea anochece muy pronto.
- ¿Cuáles son las visitas «obligadas» que uno no se puede perder bajo ningún motivo?
Habría que visitar Seúl (la gran capital), eso está claro, y también Busan (en la costa sur, la segunda mayor ciudad) y Gyeongju (antigua capital, llena de historia). Para quienes estén más de una semana también recomendaría volar a la isla Jeju, bastante diferente de la Corea continental. En el blog escribí un posible itinerario para un viaje de una semana por Corea del Sur.
- ¿Cuáles son tus ciudades favoritas de Corea? ¿qué excursión de un día recomendarías a alguien que visite Seúl?
Mi ciudad favorita es Seúl, la capital, donde vivo. No es fácil ver toda la ciudad en un día, pero podría intentarse siguiendo esta ruta: plaza Gwanghwamun, palacio Gyeongbokgung, arroyo Cheonggyecheon, calle comercial Myeong-dong, puerta Namdaemun, mercado de Namdaemun y de noche subir a la Torre N de Namsan. Pero como digo, hay mucho más que ver en una ciudad tan grande como Seúl, con 11 millones de habitantes.
- Sobre la comida, ¿qué le recomendarías probar a alguien que visite Corea?
La gastronomía coreana puede ser muy picante, pero también hay platos más asequibles. Recomendaría comenzar con platos simples y suaves como el bibimbap (arroz con vegetales, carne y huevo), gimbap (maki-sushi) o pacheon (torta de cebolleta). Después se puede probar con platos más fuertes y auténticos, como el doenjang (pasta de soja fermentada), kimchi (col china fermentada y picante) o tteok (pasteles de arroz, con una textura elástica).
Para los más valientes quedarían platos realmente fuertes como el haemultang (sopa de mariscos, muy picante), tteokbokki (pasteles de arroz fritos en salsa roja picante) o sashimi (pescado crudo) con su meuntang (sopa muy picante que se hace con los restos del pescado).
- ¿Cuál es tu plato coreano favorito?
Un favorito personal es el biji jjigae, una sopa espesa que se hace con los restos de preparar la pasta de soja. Pica un poco pero es muy sabroso y caliente para el invierno.
- Sobre la música coreana, ¿hay vida más allá de PSY?
PSY fue un bombazo en el verano de 2012, que a raíz de su éxito internacional pasó de simpático a agobiante. Hubo un momento en que era imposible pasar una hora sin ver a PSY y su cancioncilla en algún anuncio publicitario de TV o por la calle. De repente empezó a anunciar productos de todo tipo, desde neveras a fideos instantáneos, pasando por licores y coches. Se hizo excesivo, y yo terminé cansado de tanto Gangnam style.
La música coreana actual está dominada por el K-pop, que consiste en una serie de grupos multitudinarios con varios chicos o chicas entrenados para ser perfectos. Los escogen desde pequeños y los entrenan para bailar, cantar, actuar y ser simpáticos. Van seleccionando a los mejores (por apariencia, sobre todo) y los retocan con cirugía estética, horas de gimnasio y largas sesiones de maquillaje. El resultado es una música artificial donde prima la imagen por encima de todo. Esta corriente consiguió un cierto éxito internacional, pero a mí no me gusta.
Creo que lo mejor de la música coreana fueron los 70s, cuando la influencia de las bases militares de Estados Unidos provocó la aparición de algunos músicos de rock muy buenos. Quien tenga interés puede buscar en YouTube algo de Shin Jung-hyun, un guitarrista apodado el «padrino del rock» que hizo cosas realmente interesantes a medio camino entre el rock y la psicodelia.
La música tradicional es muy distinta de la española. Tiene canciones realmente hermosas (como el Arirang) y otras insoportables. También hay un estilo de música «pop para adultos», que se llama trot y podríamos definirlo como una mezcla entre Manolo Escobar y Julio Iglesias.
- ¿Qué encuentra un viajero en Corea que no haya en otro lugar? ¿animarías a viajar a este país?
Corea del Sur tiene la ventaja de ser una especie de punto medio entre China y Japón, aunque con una cultura muy propia y diferente. Al ser un país más pequeño, es factible visitar lo más destacado en una o dos semanas. Los precios son más bajos que en Japón, y eso también es una ventaja.
Algo que solo se encontrará en Corea son sus tradiciones, muy diferentes a otros países. Los templos budistas son preciosos, los palacios de Seúl también, y las casas tradicionales (hanok) son hermosos ejemplos de arquitectura popular en armonía con la naturaleza.

- Para ese viajero que va a Corea, ¿qué souvenir original y auténtico le recomendarías?
Un souvenir muy típico es algún producto relacionado con el ginseng, por ejemplo trozos de ginseng caramelizado con miel. Una caja con varias cajitas dentro puede costar 20 euros, dependiendo de la calidad. Otras opciones muy recurridas serían una taza de té de porcelana de celadón (de color verde pálido) o un juego de mantel y palillos.
También hay una gran gama de objetos decorados con madreperla, como tarjeteros, espejos de mano, abrecartas, joyeros, etc. Estos últimos son muy bonitos y no cuestan demasiado.