Budapest, en Hungría. Belgrado, en Serbia. Dos capitales separadas por 400km y múltiples obstáculos. Romain y Julien, dos miembros del equipo de liligo.com decidieron viajar de la una a la otra en bici. Son dos grandes aficionados de la bici (incluso participaron en la Critical Mass de Budapest), pero ¿lograrán su objetivo?
Julien y Romain eligieron para su viaje una parte de EuroVelo 6, la ruta que une el Atlántico con el Mar Negro, atravesando algunos de los mayores ríos de Europa: el Loira, el Rin y el Danubio.
Día 1: Budapest – Kalocsa (en teoría)
Son las 9 de la mañana y estamos en Budapest, la capital de Hungría. Nuestros viajeros comprueban por última vez sus alforjas: pasaporte, cepillo de dientes, varias mudas limpias, … todo en orden. Rápidamente se ponen en marcha para salir de Budapest en dirección al sur, hacia Belgrado.
Los primeros kilómetros transcurren sin dificultades, ya que al poco se incorporan a la vía que transcurre pareja al Danubio, el río que más adelante dibujará la frontera entre Serbia y Croacia.
Consejo de Julien y Romain:
Atención a las señales. La señalización de EuroVelo 6 no es siempre lo suficientemente visible. En caso de duda en una bifurcación, mejor parar para consultar el mapa (que es algo que no debe faltar nunca en tu equipaje).
Kilómetro 15: ¡Romain tiene un pinchazo!
Al poco de iniciar el viaje ya ocurrió el primer pinchazo. Las carreteras tenían buen firme, pero era algo que tenía que ocurrir antes o después. Los pinchazos suceden en un momento, pero se pueden tardar una eternidad en arreglar sin las herramientas adecuadas. ¡Pero tuvieron suerte y fue uno fácil!
A pesar de que fue Romain quien tuvo el pinchazo, Julien es el manitas que lo repara en un momento: ¡eso es auténtico espíritu de equipo!
Consejo de Julien y Romain:
Siempre lleva contigo varias cámaras de aire y un kit de reparación de pinchazos de calidad. Practica a cambiar la cámara y arreglar pinchazos antes de iniciar el viaje, para evitar frustraciones y/o juramentos durante la travesía.
¿Dónde dormir?
Nuestros protagonistas habían reservado alojamiento en Kalocsa, una pequeña ciudad a unos 110km al sur de Budapest. Pero las malas condiciones de la carretera y los fuertes vientos (de hasta 40km/h) hicieron que tuvieran un retraso de más de dos horas. Así que en lugar de hacer su primera parada en Kalocsa, se vieron forzados a parar 40km antes en Dunaföldvár, su plan B.
Consejo de Julien y Romain:
Ten siempre un plan B, anticípate a los imprevistos. Tu nivel físico y tu motivación pueden variar de un día para otro. También sé realista con tus objetivos diarios: Julien y Romain establecieron tramos de 50km diarios, que les permitió mantener su moral (y su trasero) a lo largo del viaje. Además, ¡yendo despacio puedes admirar mejor el paisaje!
Al final del día 1, después de haber recorrido unos 100km, tuvieron una desagradable sorpresa: cuando llegaron a Dunaföldvár, ¡todo estaba cerrado!
Pero afortunadamente para ellos, un cocinero de gran corazón les volvió a abrir su cocina para prepararles unas hamburguesas que les supieron a gloria, sobre todo después de que se hubieran hecho a la idea de una cena a base de barritas energéticas y frutos secos.
Día 2: Dunaföldvár – Baja
El segundo día amaneció soleado y templado, algo que nuestros viajeros agradecieron enormemente. Después de desayunar como campeones, empezaron a pedalear a tope rumbo a Baja.
Consejo de Julien y Romain:
En días soleados, recuerda echarte crema solar regularmente y beber mucha agua. Nuestros dos amigos se sorprendieron al comprobar que habían acabado todas sus reservas de agua al mediodía, cuando todavía les quedaban unos 10km hasta el pueblo más cercano donde poder rellenar sus bidones.
Paks: en ferry para cruzar el Danubio
En temporada alta el ferry cruza el Danubio cada hora, pero antes de junio los viajes son mucho menos frecuentes y puede que tengas que esperar varias horas. Por suerte nuestros aventureros llegaron justo una hora antes del viaje de las 14:00, así que pudieron almorzar cómodamente antes de embarcar.
Consejo de Julien y Romain:
¡Comprueba el horario del ferry si planeas cruzar el Danubio!
Polvo, piedras … ¡y más polvo!
El término “asfaltado” era demasiado benevolente para este camino. La carretera por la que Julien y Romain pasaron no estaba asfaltada y ni siquiera estaba lisa. Pero no se desanimaron y siguieron adelante.
Consejo de Julien y Romain:
Busca rutas alternativas cuando te encuentres carreteras en mal estado, aunque esto suponga pedalear más kilómetros. Irás más deprisa, te cansarás menos y acabarás menos sudado.
¡Nubes de mosquitos!
Asfalto, ¡al fin! Nuestros dos ciclistas se lanzaron como flechas a por los últimos 25km por una carretera en buenas condiciones al lado del Danubio. Pero no todo iba a ser tan fácil: el calor, combinado con la proximidad del agua, resulta en un nuevo desafío: ¡mosquitos!
Consejo de Julien y Romain:
Si puedes, en los días de calor evita circular en las proximidades de agua estancada, ya que a los mosquitos les encanta: nosotros fuimos devorados por cientos de mosquitos. Otro truco: lleva siempre un buen antimosquitos, ¡será tu mejor amigo en situaciones como esta!
Sobre las 7 de la tarde nuestra pareja consiguió llegar al estupendo camping de Baja, pero eso sí, sin perder la compañía de los mosquitos. Después de una ducha y algo de comida, una visita al centro de la ciudad para hacer un poco de turismo. Pero a las 11 de la noche es hora de recogerse, que al día siguiente les esperaba más bicicleta, hacia la frontera de Croacia.
Calados hasta los huesos
La noche fue corta y la temperatura bajó bruscamente. Julien y Romain se despertaron a las 7:30 de la mañana con la tienda empapada después de la lluvia de toda la noche. Ellos estaban calados, pero afortunadamente su equipo estaba almacenado en un sitio seguro y permaneció seco. Después de verse así, sopesaron sus opciones y optaron por coger un tren.
Consejo de Julien y Romain:
No pedalees bajo la lluvia, es una mierda. Incluso si estás bien equipado, te desmoralizarás en cuanto se te empapen los calcetines y se te mojen los pies. ¿La mejor solución? Ir a la estación de trenes y buscar una alternativa más seca.
¿Qué más percances les aguardan? Próximamente continuaremos con el viaje de Julien y Romain.