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El Magazine del Viajero
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Leonardo da Vinci es el símbolo de lo que conocemos como “hombre del Renacimiento”. Es decir, un perfil intelectual que hoy llamaríamos “multidisciplinar”. Y es que Leonardo tocaba todos los palos: pintura, anatomía, arquitectura, ciencia… Una de las grandes mentes de Europa que, en lo artístico, es absolutamente imprescindible. Suele considerarse que es su figura la que marca el paso de Quattrocento al Cinquecento, sobre todo gracias a su invención del sfumatto, una técnica para crear ilusión de profundidad mediante el color y la atmósfera). De hecho, algunas de las imágenes más populares de la Historia del Arte, como La Gioconda o la Virgen de las Rocas son obras suyas. Si eres un enamorado de su obra sigue leyendo. Con todo te avisamos que verás ausentes en la lista a dos obras muy conocidas El hombre de Vitruvio y el Salvator Mundi. La explicación es sencilla: te hablaremos de obras que pueden verse en museos. La primera no se expone por razones de conservación y la segunda está en uno de los yates del rey de Arabia Saudí.

Y para conocer nuestra serie dedicada a pintores, no dudes en echarle un ojo a dónde ver los cuadros de Joaquín Sorolla, dónde ver los cuadros de Velázquez, dónde ver los cuadros de Goya, dónde ver los cuadros de Picasso, donde ver los cuadros de Dalí y dónde ver los cuadros de Rembrandt.

El Museo del Louvre (París)

No hay manera mejor de empezar una lista así que yendo al Louvre, uno de los mejores museos del mundo que, por cierto, alberga probablemente las dos obras de Leonardo más famosas: La Gioconda y la Virgen de las Rocas. Aunque también podrás ver otra obra maestra como La Virgen, el Niño Jesús o Santa Ana. Curiosamente, la historiografía del arte tiende a considerar la Virgen de las Rocas como la gran obra maestra de Leonardo, aunque la fama se la ha llevado La Gioconda. Este es el motivo por el que te será mucho más difícil acceder a ella, siempre rodeada de gente. Lo mejor es que puedes escuchar tu turno mientras admiras la Virgen de las Rocas. Ambos cuadros son un ejemplo del famoso sfumatto de Leonardo. Una manera de representar la profundidad trabajando la atmósfera y difuminando los contornos. Las manos de La Gioconda son, en este sentido, el ejemplo más acabado.

La Gioconda de Leonardo

En este museo también podrás ver un cuadro muy famoso, el San Juan Bautista. Aquí Leonardo lleva al extremo su difuminación de contornos y el uso de la luz, con contrastes marcados de iluminación y oscuridad parecen anunciar el tenebrismo barroco que artistas como Caravaggio desarrollarían de manera magistral. Muchos quedan cautivados por la misteriosa expresión de San Juan Bautista. Y no es para menos dado que es uno de los rostros más enigmáticos que Leonardo haya pintado.

San Juan Bautista de Leonardo

Santa Maria delle Grazie (Milán)

Estamos ante la pintura de Leonardo que más ríos de tinta ha hecho correr por lo misterioso de su composición. Ha contribuido mucho a este halo de leyenda que rodea a La última cena el protagonismo que tenido en ciertas novelas de intriga histórica como El código da Vinci. Se trata de una pintura enorme porque su función es la de decorar uno de los muros de Santa Maria delle Grazie, un convento dominico milanés. De hecho, de largo mide más de 8 metros y de alto casi 5 metros. Lo triste del asunto es el estado en el que nos ha llegado la pintura, muy deteriorada a causa del innovador método usado por Leonardo en la combinación de materiales. A pesar de todo, la pintura conserva casi intacta su fuerza. A menudo se ha destacado lo equilibrado de su composición que, pese a las apariencias, alberga una tensión perceptible. Y, si aguzamos la mirada, comenzaremos a ver detalles inquietantes, como un puñal apuntado a Cristo. Sin duda, hay que verlo para creerlo.

La Última cena de Leonardo

Museo de Czartoryski (Cracovia)

Hay más gente de la que parece que, a la hora de elegir el mejor retrato de Leonardo, en lugar de optar por La Gioconda se decanta por la no menos famosa Dama del armiño. Se ha escrito mucho sobre la retratada y, aunque todavía hay discusión, la opinión más aceptada es que se trataba de una amante de Ludovico Sforza, el duque de Milán. Tal vez por eso la retratada está acompañada de un armiño primorosamente pintado. Pues este animal está presente en el emblema de los Sforza. Algunos piensan que la obra de Leonardo se ha visto bastante afectada por las interpretaciones simbólicas y sexuales que a veces quieren ver más de lo que hay. Pues no hay que olvidar que fue la obra de Leonardo la primera que recibió una atención en este sentido (fue uno de los pintores analizados por el mismísimo Sigmund Freud). En este sentido, puedes imaginarte lo que se ha llegado a decir a este respecto sobre la patita de armiño que parece querer tocar esa abertura de la manga de la retratada… Nosotros no decimos nada, simplemente te animamos a que vayas a Cracovia para verla in situ.

La dama del armiño, lienzo de Leonardo da Vinci

Galleria de los Uffizi (Florencia)

Terminamos la lista por una pintura que, tal vez, debería haber sido la primera dado que es una de sus obras de juventud. De hecho se aprecia en su composición influencias de autores del Quattrocento, como Fra Angelico o Verrocchio. No observamos el uso de la “perspectiva aérea” o sfumatto tan característico del Leonardo maduro. Todo está mucho más delimitado y perfilado aunque está ejecutado con auténtica perfección. Si no, fíjate en los cabellos de la Virgen o en el cuidadoso dibujo de las flores. Sin duda, viendo este cuadro, no había dudas de que ese joven pintor apuntaba maneras.

La Anunciación de Leonardo.

IMG: Wikipedia

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