El Magazine del Viajero
Amantes de la naturaleza, de la montaña, del senderismo, de la escalada, de las cumbres escarpadas,… este artículo está pensado para vosotros (o nosotros…). Dirigimos nuestras miradas a Francia, en concreto a la región de Grenoble, al sur del país. Bienvenidos al Gran Silencio…
Hablamos de un monasterio que ejerce de centro histórico y espiritual de la orden de los monjes cartujos, la orden religiosa contemplativa y de votos solemnes que siguen una vida semiermitaña… Merece la pena mencionar que se trata de una orden fundada en 1084 por San Bruno, y este centro destacado, para religiosos o no, se encuentra a unos 1.190 metros de altura.
Eso sí, el monasterio no está abierto a los turistas… aunque sí que podremos disfrutar del museo de Saint Pierre de Chartreuse.
El museo de la Grande Chartreuse
Ya que es imposible entrar en el monasterio, hay otras formas de conocer un poco la historia de la Orden Cartuja, la cual nació hace unos 900 años y creó una forma de vida un tanto peculiar, más real y cercana al voto de pobreza supuesto en las diferentes órdenes religiosas pero de aplicación más que dudosa…
El museo se encuentra en la Correrie, una casa que sirvió de base para el antiguo monasterio y que a día de hoy se ha transformado, lo encontramos a unos 2 kilómetros.
Info
- Apertura: todos los días desde el 31 de marzo al 7 de noviembre
- Precio: 7,70 €
- ¿Cómo llegar? te recomendamos buscar un vuelo a Grenoble
Excursión por el Grand Som
El último tramo tan solo es accesible a pie, desde Grenoble o Voiron, hay que pasar por el Saint Pierre de Chartreuse. Lo cierto es que pasear por este entorno es una maravilla, la naturaleza hace un claro acto de presencia inundándolo todo.
Cabe destacar que el Grand Som, con sus 2.026 metros de altura, es la tercera mayor cumbre del macizo. Pasear por aquí bajo la luz del sol es impresionante, domina el monasterio desde su imponente naturaleza y, en los días despejados, se puede incluso ver el Mont Blanc.
- Duración: realizar el ascenso puede tomarnos unas 4 horas, el descenso por su parte añadiría otras 1h30min/2h.
- Punto de inicio: para llegar al comienzo de la ruta en coche debemos ir a la ciudad de La Village, tomar la ruta a la izquierda de la D520B, luego la primera a la derecha hasta llegar al aparcamiento de la Correrie, donde está el museo.
“Le Grand Silence” de Philip Gröning
Para aquellos que se hayan quedado con las ganas de visitar la Cartuja, os podemos recomendar ver la película “Le Grand Silence”, la cual trata sobre la vida en el monasterio. En 162 minutos podréis descubrir la larga, muy larga, vida de estos monjes… ¿este es el ritmo de la vida monástica? Pues eso parece…
“Tuve la oportunidad de vivir en el monasterio durante casi seis meses, en ese tiempo viví en una celda como un monje. Tuve que compartir la vida de estos. La Grande Chartreuse impone unas condiciones con las siguientes excepciones: no hay luz artificial, ni música, sin hablar, sin artilugios electrónicos, tenía que estar solo. Estas condiciones eran exactamente mi idea original y, por tanto, ninguna restricción se me impuso.” – Philip Gröning, director de la película
Y para acabar este post con buen sabor de boca, ¿por qué no disfrutar de “The sound of silence” de Simon and Garfunkel?
las rutas de los castillos franceses!! no he visto castillos de chico!! todos!! jeje desde el sur de francia hasta el norte de francia, el que mas me impresiono por bonito st michel en octubre con el agua del mar apunto de cortar el paso de la carretera (nos obligaron a salir antes porque se esperaba que subiera mas y cortase la carretera) y por impresionante chambord, a lo mejor me confundo eso hace ya 15 años ……… preciosos todos! pero me quedo con los pueblos españoles
Jejejejeje… anda que no, y como se podía dejar volar la imaginación en estas visitas!!! 😀 El de St Michel pese a que aún no lo conozco, he leído y visto fotos que hacen que este en los primeros puestos de mi lista (lo mismo me vuelvo a sentir un niño ^^ ), tiene que ser impresionante… aunque unas buenas Alpujarras o incluso un Axarquía, y mil opciones más, no son poca cosa… la verdad es que los pueblos blancos son un patrimonio que a veces no apreciamos como se merecen por costumbre pero que son, en cierto modo, únicos. Por cierto, una ruta de pueblecitos y gastrovinícola??? Jejejeje…