Volvemos a hablar con nuestro amigo Eric Guinea sobre su “Aventura contra la cordura”. Esta vez ha sido un viaje low cost de 7 meses por Cuba, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Uruguay, por lo que aprovechamos para que nos cuente sus consejos y trucos para viajar barato por Sudamérica… ¡disfrutando al máximo!
- ¡Hola Eric! Nosotros ya te conocemos, pero algunos de nuestros lectores quizá no. ¿Te puedes presentar brevemente?
Soy Eric Guinea, tengo 25 años y soy de Logroño. Soy maestro de educación física y pedagogo. El año pasado estuve trabajando en Cracovia, y como sabía que a mi vuelta a España sería muy difícil encontrar algo, me propuse volver hasta Granada en bicicleta: fue mi primera “aventura contra la cordura”.
Esa primera experiencia supuso un nuevo capítulo en mi historia personal. Todo lo que me dio aquel viaje hizo que me planteara una nueva aventura. Así surgió esta “Aventura 2: perdido por Sudamérica”, quizá no tan deportiva, pero igualmente ambiciosa: conocer de la forma más profunda posible Sudamérica (algunos de sus países), su cultura y sus gentes.
- ¿Qué países recorriste?
Comencé en Cuba, y después recorrí Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Uruguay. Un total de 6 países en 7 meses.
- ¿Qué destacarías de cada país?
Cada uno tiene algo diferente. En Cuba me encontré un sistema económico y político único y completamente diverso a todo lo que había vivido hasta ahora. Ecuador me ofreció diversidad y naturaleza: playas, volcanes, selvas y todo tipo de animales. Perú fue un crecimiento personal a nivel cultural, aprendiendo de los mochicas, los chavines o los incas. En Bolivia pasé sólo 20 días, pero pude conocer el Potosí, una ciudad clave en la historia de la humanidad, sus minas, donde han muerto más de 18 millones de personas, o el salar de Uyuni, uno de los paisajes más hermosos que he visto en mi vida. Argentina quizá fue el país más completo, donde conocí a grandes amigos, culturas precolombinas y lugares de ensueño. Y en Uruguay no estuve tanto tiempo, pero recorrí el país haciendo autoestop, lo que me permitió conocer a gente muy buena y solidaria, que me ayudaron en todo lo que podían.
- Ibas acompañado de un amigo, ¿él también tuvo una aventura previa como tú?
Sí, cuando yo estaba viajando en bicicleta de vuelta a España, a él le entró envidia y se estuvo recorriendo Polonia de cabo a rabo.
- La primera aventura fue solo, esta acompañado, ¿qué prefieres?
Son dos tipos de viajes completamente diferentes. El de la bicicleta, al ser más físico, creo que es buena opción hacerlo en solitario, porque así no dependes de nadie para decidir cuándo parar, o qué ritmo llevar.
Por el contrario, este viaje era más de vivir el sitio en el que estás, pasando mucho tiempo lejos de casa, por lo que agradecí tener una persona con la que compartir choques culturales o situaciones difíciles.
- De todas formas, también conocisteis a mucha gente durante el viaje, ¿verdad?
Sí, durante un viaje de este tipo siempre te encuentras con gente que está en una situación parecida a la tuya. Me sorprendió ver que hay muchos alemanes y franceses viajando por Sudamérica.
También he de decir que a finales de diciembre todos los países se llenan de argentinos celebrando sus vacaciones de verano.
La verdad es que la camaradería entre españoles y argentinos es patente, somos muy parecidos en forma de ser, y además, cuando se está de viaje, uno está más abierto a conocer gente.
Viajar barato por Sudamérica
- ¿Cómo planificasteis el viaje?
La verdad es que desde España hicimos sólo lo esencial, las vacunas y buscar los vuelos de ida. De esta forma, lo único seguro era que visitaríamos Cuba y Ecuador, pero el resto lo dejamos a la improvisación. De hecho teníamos pensado visitar Brasil, y al final ni pisamos el país.
- ¿Llevabais alguna guía?
Sí, fue la que nos ayudó a elegir algunos lugares para visitar, aunque la fuente de información más importante fueron las propias personas que fuimos conociendo, que nos iban guiando a dónde ir.
- Y para encontrar alojamiento barato, ¿cómo lo hacíais?
Para gastar lo menos posible, usábamos la tienda de campaña siempre que podíamos —ya la siento como mi propia casa—. Además, cuando haces un viaje de este tipo, uno se encuentra oportunidades que hay que saber leer: durante los dos últimos meses pude dormir muchas noches en casas de amigos o gente que se solidarizaba con nosotros. Esto te abarata mucho el viaje.
- ¿Alguna anécdota de esto?
En Maimara, en el norte de Argentina, íbamos a ir a un camping, pero vino un señor y nos invitó a ir a su casa, donde tenía un patio inmenso y una habitación libre. Al principio no nos fiábamos, pero al final probamos, y lo que iban a ser 5 personas un día se convirtió en 24 durante dos semanas y media.
Además, justo esos días, me encontré algo en el suelo, y al desenterrarlo, resultó que era un mortero de granito del año 1350, una pieza arqueológica de la cultura Tilcara. ¡Me hicieron una entrevista para el periódico local y nos invitaron (a los 24) a un festival de folclore!
- El delicado tema del dinero: ¿sale caro viajar por Sudamérica?
Nuestra premisa era gastar lo mínimo. Nosotros sabíamos que en un viaje low cost por Sudamérica como el nuestro, lo que supone un mayor gasto es el alojamiento, así que intentábamos siempre dormir de gratis, ya fuera en la tienda de campaña o en casas de amigos.
De todas formas, exceptuando Ecuador, donde tienen dólar, el cambio del euro es siempre ventajoso, así que, más o menos gastábamos unos 9 euros diarios de media.
- ¿Algún consejo o truco para viajar low cost por América del Sur?
Yo recomiendo intentar buscar algún “trabajillo” en el país que visitas: nosotros vendimos tortilla de patata, tarta de manzana…
- Para un viaje así, “contra la cordura”, ¿qué llevaste de equipaje?
Pues la experiencia me ha dicho que más de lo necesario. Evidentemente sabía que iba a tener todo tipo de climas, tanto calor como frío… y no me equivoqué. Pasé de que se me congelara la tienda de campaña en el Parque Nacional de Cotopatxi, a visitar Nazca (Perú), uno de los lugares más secos del planeta.
De todas formas, todo me entraba en una mochila. La tienda de campaña, el saco y la esterilla ocupaban bastante espacio, así que fui bastante cuidadoso a la hora de elegir la ropa. Además, a lo largo del viaje fui dando la ropa que me sobraba, y cuando necesitaba algo, siempre he recibido ayuda. Será el karma, supongo…
- ¿Echaste algo de menos o de más?
La verdad es que no: lo que me sobraba le vino bien a la gente, y yo no necesité nada especialmente. Bueno, quizá algo de buen embutido en alguna ocasión.
El origen de una vida de bloguero viajero
- ¿Qué opinan tus familiares y amigos del tipo de vida que has comenzado a llevar?
Mi familia me apoya, pero lo pasa mal cada vez que me marcho a hacer alguna aventura. Es comprensible, ya que ellos continúan con su vida mientras yo estoy lejos, viviendo experiencias completamente diferentes.
Entre mis amigos hay de todo. Hay personas que no entienden que yo haya renunciado a una vida normal, con un trabajo relacionado con mi campo de estudios (renuncié a un trabajo que me ofrecieron por seguir viajando)… y también hay otros que me apoyan y sienten envidia de no hacer lo mismo.
- Enonces, ¿tu idea es dedicarte a viajar toda la vida?
Me encantaría hacer unas cuatro “aventuras contra la cordura”… pero eso nunca se sabe.
- ¿Cuál será tu próxima “aventura contra la cordura”?
Un viaje de dos meses en kayak (son 820 km) a lo largo del río Chubut, en la Patagonia argentina. En Argentina hablé con una pareja que hace viajes por la zona, y se mostraron muy interesados en acompañarme. Mi idea sería hacerlo a principios de enero de 2015, para aprovechar el verano patagónico. En invierno es inviable, por el frío.
Para darle otro matiz al viaje —e intentar conseguir patrocinadores—, me gustaría realizar talleres de expresión corporal y escritura creativa a lo largo de las poblaciones bañadas por el río. Pero bueno, de momento está todo en el aire.