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El Magazine del Viajero
  •   3 min lectura

Estos son los seis mejores trucos para vender comida y ahorrar durante tu viaje.

Es muy probable que durante un gran viaje por Sudamérica sientas la necesidad de parar y ganar algo de dinero para poder continuar, o simplemente quieres buscar la forma de hacer de tu aventura una experiencia sostenible en el tiempo sin tener que depender tanto de los ahorros con los que empezaste. Dentro de las diferentes opciones sobre las que puedes trabajar, desde el Magazine del Viajero te damos los trucos para vender comida durante tu viaje de forma fácil y agradable.

Entérate de cómo es la legislación

En la mayor parte de los países está prohibido vender comida que no cumpla unos requisitos o haya una información sobre su origen. Es importante que antes de ponerte a vender manjares deliciosos por los parques, hables con personas que lo han hecho antes en el mismo lugar, de esa forma te podrán orientar sobre los posibles peligros, los trucos que ellos usaban o información útil en general. Una vez alerta de todos los inconvenientes puedes ponerte manos a la obra para solventarlos y disfrutar de vender comida.

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Busca grandes concentraciones de gente

Si quieres que tu negocio viajero tenga éxito y por lo tanto sentido, debes saber dónde tienes que venderlo. Evidentemente los inviernos siempre son épocas duras para la venta de comida en la calle, porque la gente no tiene muchas ganas de sentarse en el parque para tomarse un pincho de tortilla de patata. Sin embargo cuando llega la primavera o el verano, las plazas y los espacios verdes comienzan a rebosar de personas, muchas de ellas sin nada que llevarse a la boca pero con dinero en el bolsillo. No lo dudes ese es tu lugar y tu momento.

Una comida fácil, rica y barata

Párate a pensar en qué comida quieres vender. Siempre en base a tus conocimientos, busca algo que sea fácil de preparar, con unos ingredientes baratos para no tener dificultades al venderla y sobre todo rica. Debes pensar también que la comida muchas veces entra por los ojos y la presentación también es muy importante. Puedes hacer algo característico de tu país, de esta forma los comensales tendrán la seguridad de estar introduciéndose en otra cultura, en la tuya, de la que podrás explicarles muchísimas cosas.

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Gánate clientela fija

En caso de que tu viaje esté en un descanso, donde quieras recuperar fuerzas para seguir viajando, es una buena oportunidad para ponerte a vender comida. Si la calidad de tu especialidad es buena y tiene tirón, es muy probable que puedas hacer una serie de clientela fija. Es muy fácil distinguirlos, simplemente en cuanto enfilas el lugar en el que suelen estar, sus ojos se hacen chiribitas y ya tienen preparado el dinero. Habla con ellos porque es muy probable que a partir de ese momento tengas que reservar una ración específica para esa persona.

Una sonrisa por delante

Está claro que las cosas salen mucho mejor cuando uno sonríe, la comida te sale más rica, la gente tiene más ganas de charlar contigo y todo te sale bien. Sonreír es una máxima dentro de la venta de comida viajera. En una parte importante de las ocasiones, la razón de tus ventas no es simplemente porque vendes una comida que apetece, también es porque ofreces una sonrisa, una historia y te quieren ayudar. Cuando conozcan tu historia, que estás ahí para saber más de su país, de sus vecinos seguro que te querrán ayudar, y mucho más si lo haces con una sonrisa, mucha paciencia y muy buen rollo.

Comprueba el tiempo

Comprobar la meteorología es una máxima de todo aquél viajero que se precie a ser el mejor vendedor de comida. Piensa que cada vez que cocines para salir a vender, estás invirtiendo tiempo y dinero. Por lo tanto si un día ves que va a hacer una tormenta perfecta, a no ser de que hayas encontrado un lugar a refugio de la lluvia donde vender, mejor que te quedes en el sitio donde duermes o aproveches a escribir porque ese día es muy probable que no vendas apenas. En cambio si lo que se viene es un día de sol espléndido pon toda la carne en el asador y sal con la mejor de las sonrisas a vender tu comida para poder continuar la aventura.

 


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