Hasta ahora, las aerolíneas no podían revender o alquilar sus derechos de despegue y aterrizaje adjudicados para cada aeropuerto. Sin embargo, la Unión Europea ha modificado la normativa en la que permite que puedan ser vendidos y comprados libremente entre compañías aéreas. Francia, España y Alemania se reunieron esta semana para impedir que el Consejo de Transportes de la UE siga adelante con la medida ya que consideran que puede dañar el mercado de los vuelos regionales.
El llamado ‘Plan de Bruselas’ tiene de cabeza a algunos gobiernos de la Unión Europea. Los países se han dividido en dos grupos. Por un lado se encuentra España, Alemania, Francia y otros países como Bulgaria, Grecia o Dinamarca los cuales se oponen a que las aerolíneas puedan comercializar libremente sus derechos. Este primer grupo considera que son los Estados miembros de la UE puedan imponer restricciones si causan problemas en el mercado interno.
Por otra parte, el otro grupo compuesto por Reino Unido, Bélgica, Italia, Holanda y la propia Comisión de la UE estiman que tendría que existir una norma común para toda la Unión Europea. Esta norma común pasa por dejar a las propias aerolíneas rentabilizar sus derechos de vuelos según sus estrategias de negocio. De esta forma, si una compañía decide por algún motivo dejar de volar hacia o desde un determinado destino pueda vender esos derechos a otra aerolínea sin tener que quedarse con esos slots y no utilizarlos al 100% o perderlos.
La actual normativa de la Comunidad Europea no contempla que las aerolíneas puedan vender o comprar sus derechos de vuelo pero tampoco lo prohíbe de forma explícita. Por este motivo los gobiernos como el español o el francés pretenden continuar manteniendo injerencias en la comercialización de los derechos ya que estiman que si no se regulan podrían dañar el mercado de vuelos internos, considerados siempre menos rentables, y dejar así más desconectadas algunas ciudades del país. Sin embargo, en otros países como Reino Unido los derechos se comercializan libremente desde hace años.
El llamado ‘Plan Bruselas’ busca incrementar los niveles de ocupación de los aeropuertos europeos así como recaudar aún más impuestos producto de las tasas aeroportuarias. Según los datos entregados por el Consejo que reúne a todos los Ministros de Transporte europeos, Europa tiene cinco aeropuertos que ya se encuentran al límite de su capacidad: Düsseldorf, Frankfurt, Gatwick-Londres, Heathrow-Londres y Milán Linate. Por este motivo, se están viendo obligados a modificar la actual normativa ya que en 2030 el número de aeropuertos en estas condiciones podría llegar a 19.
Las principales medidas adoptadas tras la reunión de ministros de esta semana ha sido la de permitir la comercialización de los slots y la de mantener un uso de sus derechos durante al menos el 80% del año. Las compañías aéreas que no cumplan con este mínimo uso de sus slots los perderán.
Ya veremos como responderá el mercado español de vuelos internos a esta nueva normativa. Esperemos que los vuelos dentro del país no se encarezcan.