Este acuerdo, del que se lleva hablando desde mucho tiempo atrás, permitirá realizar las rutas trasatlánticas en trayectos más cortos. Esto se traducirá en menos costes y menos contaminación, sin olvidar los beneficios económicos derivados de un estrechamiento en las relaciones entre Europa y América, en especial con el norte.
La aprobación del texto, uno de los objetivos prioritarios de la presidencia española en la UE, significa un reconocimiento mutuo y una mejora en la coordinación de procesos y medidas, especialmente con los EEUU, antes reacios a acuerdos bilaterales, el principal escollo a superar.
Además de aspectos logísticos, el acuerdo permitirá a las aerolíneas europeas transportar personal involucrado en contratos con la administración estadounidense.
Pero sobre todo, por fin se establecerá un procedimiento concreto en la liberalización de un mercado solo abierto hasta ahora para compañías estadounidenses, lo que facilitará nuevas alianzas transoceánicas y favorecerá el desarrollo económico del sector.