Cultura, paisajes y los Alpes como telón de fondo: ¡eso y mucho más es Grenoble!
Ubicada al pie de los Alpes, la ciudad de Grenoble es una de las mejores localidades francesas en cuanto a calidad de vida. Sus numerosos museos, su vida cultural, sus jóvenes estudiantes y su entorno natural contribuyen en gran medida a su reputación. ¿Quieres unas vacaciones entre la ciudad y la montaña? Entonces acompáñanos a descubrir las cosas esenciales que no puedes perderte en Grenoble.
1. Admira Grenoble desde el Fuerte de la Bastilla
Encaramado en la colina del mismo nombre, el Fuerte de la Bastilla ofrece una las más bellas panorámicas de Grenoble que puedas imaginar. Con vistas a la ciudad a casi 500 metros de altura, la fortaleza militar también alberga un centro de arte contemporáneo y un museo. En suma, una visita cultural y paisajística de calidad.
2. Visita el Museo de la Resistencia y la Deportación
Grenoble fue, durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los lugares de mayor resistencia contra la ocupación nazi en Francia. La visita a este emotivo museo permite descubrir, entre otras cosas, testimonios de resistentes locales, documentos y fotografías. Si eres un apasionado de la Historia, sin duda que te encantará.
3. Asiste a un partido de hockey en la pista de hielo de Pôle Sud
Grenoble fue sede de los Juegos Olímpicos de 1968, y desde esa fecha, de muchos otros eventos deportivos. La ciudad conserva muchos vestigios de estos acontecimientos, como la villa olímpica, el Palacio de Deportes y, por supuesto, la histórica pista de hielo de los Brûleurs de loups, la pista de hielo Pôle Sud, donde no sólo puedes hacer tus pinitos en una pista, sino también ver un partido de hockey sobre hielo.
4. Visita la catedral de Notre-Dame de Grenoble
La catedral de Notre Dame de Grenoble no se parece a ninguna otra catedral del mundo y sólo por eso merece la pena el viaje a esta ciudad francesa. Construida a partir del siglo X, el edificio está respaldado por una iglesia, que a su vez está conectada a la catedral por un pasillo interior. Un imprescindible para los amantes de la cultura y la mejor arquitectura.
5. Relájate en la plaza Victor Hugo
La plaza Victor Hugo es, en cierto modo, el centro neurálgico de Grenoble. Hervidero de Grenoble a todas horas, revela magníficos espacios verdes y fuentes rodeadas de edificios al más puro estilo Haussmann (la arquitectura que tan bien define el París de los grandes bulevares). Aquí se celebran la mayoría de los eventos culturales locales, como el mercado de Navidad y el festival del vino Millésime. Este último evento es una feria gastronómica que tiene como estrella los estupendos vinos franceses. Si no te lo quieres perder, recuerda reservar tus vuelos baratos a Grenoble para volar en octubre.
6. Cruza el puente peatonal Saint-Laurent
No se puede visitar Grenoble sin cruzar al menos una vez el puente Saint-Laurent. Creado en la época romana, se transformó a lo largo de los siglos siendo durante mucho tiempo el único puente que permitía cruzar el río Isère. Hoy es un encantador puente peatonal de metal que ofrece una magnífica vista del Isère y del centro de la ciudad.
7. Picnic en el parque Paul Mistral
21 hectáreas de naturaleza en pleno centro de la ciudad, eso es lo que le espera cuando visite el parque Paul Mistral. Se trata del parque más grande de Grenoble y alberga magníficos árboles antiguos, fuentes, estanques y mesas de picnic, todo ello con las montañas de fondo… ¿Cabe imaginar una mejor postal de la ciudad?
8. Visitar el Museo de Grenoble
No te dejes engañar por las apariencias, porque a pesar de su moderna arquitectura, el Museo de Grenoble es en realidad el más antiguo de la ciudad. Creado a finales del siglo XVIII, alberga cerca de 1000 obras de arte repartidas en unas cincuenta salas. Podrá admirar cuadros de Henri Matisse y Picasso, así como el más rabioso arte contemporáneo.
9. Visita al Palacio del Parlamento de Dauphiné
Constituye uno de los monumentos más emblemáticos de Grenoble y con razón: su fachada mezcla con gusto los estilos renacentista, gótico flamígero y neorrenacentista. Las visitas guiadas permiten acercarse a la famosa Galería del Delfín, así como a la sala de deliberaciones y su techo decorado con putti, es decir, la encantadora decoración renacentista con angelitos y amorcillos.
10. Despega en un teleférico
El teleférico es probablemente uno de los símbolos más potentes de Grenoble. Creado en 1934, fue el primer teleférico del mundo y ahora está formado por burbujas transparentes perfectas para observar el paisaje. Su objetivo: permitir unir el centro de la ciudad con la Bastilla sin esfuerzo, ¡y todo ello disfrutando de un panorama impresionante!
Visitar Grenoble: información práctica
¿Cuál es la mejor época para ir a Grenoble?
Sin sorpresa: los mejores meses para visitar Grenoble son: mayo, junio, julio, agosto y septiembre. Grenoble conoce veranos muy bonitos y apacibles; en cambio, las precipitaciones están presentes el resto del año, especialmente en los meses de noviembre a enero.
¿Cómo moverse por Grenoble?
Con 5 líneas de tranvía, numerosas líneas de autobús, bicicletas que se pueden tomar prestadas por toda la ciudad, taxis y aparcamientos, no hay que preocuparse por moverse por la ciudad a tu antojo. Los billetes cuestan 1,60 euros o 2,10 euros si se compran en el autobús. También hay talonarios de 10 entradas por 14,50 euros, pases de un día por 5,50 euros y entradas familiares por 5 euros (de 2 a 5 personas deben viajar juntas).
¿Cómo alquilar un coche en Grenoble?
Alquilar un coche en Grenoble es una buena idea si quieres visitar los lugares imprescindibles de la zona. De hecho, encontrarás fácilmente una agencia de alquiler de coches cerca de la estación de tren de Grenoble. Sin embargo, si tienes previsto alojarte en Grenoble, te recomendamos encarecidamente que utilices el transporte público, que te permitirá desplazarse fácilmente por la ciudad.
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