Te guiamos en un viaje por uno de los estilos arquitectónicos más fantasiosos y fascinantes.
Nosotros lo llamamos Modernismo, pero en Centroeuropa le llaman Sezession, en Francia y Bélgica Art Noveau, en Inglaterra Modern Style… Con todas sus variaciones, este estilo arquitectónico surgido en el último cuarto del siglo XIX tiene algunas características comunes: ruptura con el eclecticismo arquitectónico imperante en aquella centuria, el uso de materiales nuevos como el cristal y el hierro, la visión orgánica e integral de todas las artes o el papel primordial de la decoración. Aunque lo que más destaca es su belleza y cómo todavía hoy estimula nuestra fantasía. En este artículo te mostramos las ciudades en la que podrás ver lo mejor de este estilo edificio a edificio.
Viena
Una de las capitales mundiales del estilo Sezession. Así se denomina el Modernismo en Centroeuropa (principalmente en Alemania, Austria y Hungría). En dicho movimiento estuvieron envueltos artistas de todo tipo, no sólo arquitectos, siendo el pintor Klimt la personalidad que más intensamente ha perdurado. Viena está trufada de edificios Sezession: un sólo paseo por su Ring nos lo descubrirá. Aunque si tuviéramos que destacar un edificio sería el Pabellón de la Secesión, diseñado por Olbrich. En él podemos ver la particular preferencia del estilo Sezession por formas geométricas en lugar de la línea curva. Además, este pabellón resume parte del programa estético del movimiento: el arte por el arte, el arte como nueva religión. Es por ello que el edificio usa volúmenes contundentes del mismo modo que los antiguos templos. Y todo coronado por un Ferrero Rocher una cúpula dorada con motivos naturales.
Un paseo por el centro de Viena te descubrirá otros tesoros. Es muy llamativo el Majolica House, diseñado por Otto Wagner. Un edificio que en su día fue muy novedoso. Su tratamiento de la decoración era diferente: en lugar de funcionar como un añadido a la estructura, se integraba en ella en forma de dibujo. Muchos han dicho que en Majolica House la decoración es un tatuaje del edificio, ¡y razón no les falta!
Budapest
La capital húngara, en aquel entonces perteneciente al Imperio Austrohúngaro, no tardó en asimilar por proximidad el estilo Sezession. Aunque un paseo rápido por Budapest nos descubrirá su predominante cara clasicista, la ciudad magiar está trufada de edificios Sezession en muchas ocasiones ocultos en calles secundarias. No es el caso del Museo de Artes Aplicadas de Budapest, ubicado en uno de los nódulos de la ciudad, la zona de Corvin. Este edificio combina de manera muy armónica elementos eclécticos con detalles más modernistas, como puede apreciarse en su decoración. Su llamativo tejado, obra de Ödön Lechner, está embellecido con Zsolnay, un tipo de cerámica tradicional húngara que toma su nombre de la familia que desarrolló su composición y comercialización.
Como suele ser habitual en este estilo, el interior de los edificios es más impresionante aún si cabe que el exterior. Podemos observarlo en la fastuosa entrada de este Museo, profusamente decorada con una gran riqueza de materiales e imaginación.
Bruselas
En la ciudad belga podemos encontrar la Casa Tassel, uno de los edificios considerados como el pistoletazo de salida del Art Noveau. Este estilo, a similitud del desarrollado en Francia, prima la decoración con líneas curvas. Además, existe una concepción integral entre el exterior y el interior del edificio. Si entramos en la Casa Tassel, diseñado por el pionero Víctor Horta, veremos que las líneas curvas y las volutas se aplican a la decoración en paredes, mobiliario e incluso escaleras. Es, sin duda, un edificio señero que no en vano ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Barcelona
Barcelona ha quedado ligada a la figura de Gaudí, con razones de sobra justificadas. Es difícil no pensar en Barcelona sin que emblemáticos edificios como la Sagrada Familia, La Pedrera o la Casa Batlló vengan a nuestra mente. Sin embargo, el conocido como modernismo catalán cuenta con otras figuras muy descollantes cuyos edificios son todo un goce para los sentidos. Nos referimos, por ejemplo a Josep Puig i Cadafalch, Josep Maria Jujol o Lluís Domenech i Muntaner. De este último es el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, no tan conocido como las realizaciones de Gaudí pero igualmente fastuosa. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no se encuentra muy lejos de la Sagrada Familia. Si te lo perdiste en tu último viaje, aprovecha: hay vuelos baratos a Barcelona desde 50 € con aerolíneas como Vueling.
París
Como mencionábamos más arriba, una de las divisas del modernismo, en el caso francés Art Noveau, es la de la obra de arte total. Este lema dinamitaba la concepción vigente hasta entonces de que había unas “Artes Mayores” (por lo general la arquitectura, la escultura y la pintura) y unas “Artes menores” (todas las demás). Esta nueva visión sobre la obra de arte permitió que a los artistas “no se le cayeran los anillos” por diseñar interiores, sillas, cristaleras e, incluso, entradas a estaciones de metro. Uno de los más hermosos ejemplos de este desacomplejamiento son algunas de las entradas del Metropolitain. Diseñadas por Hector Guimard, puedes verla diseminadas a lo largo de la ciudad, aunque la más reproducida es la correspondiente a la Estación Abbesses, en la Avenida Foch.
Glasgow
La ciudad escocesa es otra de las capitales mundiales del modernismo, especialmente por la labor desarrollada por McKintosh. Un arquitecto y diseñador cuyas aportaciones han sido muy influyentes, tanto que este peculiar modernismo toma el nombre de la ciudad en la que se desarrolló: Glasgow Style. Su particular toque es optar por un estilo más geométrico de manera similar al Sezession vienés pero acentuando todavía más el uso de la línea recta. Sus diseños de interiores, como puedes apreciar en la impresionante Casa para un Amante del Arte, son a día de hoy extraordinariamente modernos. Sus líneas puras y su empleo de la iluminación han determinado buena parte del diseño de interiores posterior.
Riga
Terminamos esta lista con una ciudad que no ha sido puntera en el desarrollo de este estilo pero que sí lo abrazó con auténtico entusiasmo. Tanto que su centro histórico está repleto de edificios modernistas que, tal vez no figuren en los manuales de este estilo arquitectónico, pero que desde luego embellecen la ciudad como pocos y quedan especialmente bien en las fotos. Si viajas a Riga, te aconsejamos que hagas un tour por la herencia modernista de la ciudad. De hecho, esta importante acumulación de modernismo es uno de los motivos por los que el casco histórico de la ciudad ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
IMG: iStock; Wikipedia; elpoderdelarte1.blogspot.com; tuttipazzeperlabore.com