Caracterizado muy a menudo, y aún más equivocadamente, como un imperio decadente y poco interesante, el Imperio Bizantino fue, a pesar de todo, uno de los grandes imperios de la Edad Media. Continuador de la herencia romana en calidad de Imperio Romano de Oriente, esta entidad política duró unos mil años. Un periodo de tiempo muy extenso que dio para mucho; de hecho, en su época de mayor extensión, Bizancio llegó a controlar prácticamente todo el Mediterráneo (incluidas partes de España) y Oriente Medio. Ello ha dejado tras de sí una fastuosa herencia cultural que nos proponemos explorar en este artículo. ¡Acompáñanos!
Constantinopla/Estambul (Turquía)
Comenzamos por la mismísima capital del imperio. El lugar más esplendoroso de la Cristiandad durante muchos siglos. También uno de los más poblados, dado que llegó a alcanzar los 500.000 habitantes. Alberga la que sin duda es la construcción más emblemática de Bizancio, la Catedral de Santa Sofía, más tarde convertida en mezquita tras la conquista otomana. Otros lugares donde puedes acercarte al esplendor bizantino son los restos de las murallas de Teodosio, el Acueducto de Valente y el palacio de Porfirogenetas. Aunque seguramente lo más fascinante de esta herencia bizantina sea la Cisterna Basílica. Un entorno subterráneo tan hermoso como sugerente.
Rávena (Italia)
No es del todo conocido el episodio de la influencia bizantina en Italia. O de buena parte de ella mediante el exarcado de Rávena, aquellos territorios controlados por Constantinopla durante casi dos siglos. No es de extrañar, por tanto, que ciudades como Rávena muestren hoy algunas de las mejores obras del imperio. Construcciones como la Iglesia de San Vital o San Apolinar son algunos de los monumentos bizantinos más refinados que existen. Sobre todo en sus mosaicos. Así, en San Apolinar podemos ver la famosa representación de los Reyes Magos y en San Vital los no menos famosos mosaicos que representan al gran emperador Justiniano y su esposa Teodora.
Venecia (Italia)
Tampoco es muy conocido el hecho de que Venecia perteneció durante largo tiempo al Imperio Bizantino. Una relación de lo más fructífera que está en la raíz de que Venecia conserve cierto aroma orientalizante. Sin duda las influencias pueden apreciarse en algunas de sus construcciones más importantes, como la Basílica de San Marcos. Su gusto por las cúpulas y por la decoración dorada delata su raíz bizantina. Asimismo, también destacan el Fondaco dei Turchi, a orillas del canal, construido para cargar y descargar mercancías. Y cómo olvidar la belleza de Ca’Loredan y Ca’Farsetti, dos grandes ejemplos de arquitectura civil bizantina.
Ohrid (Macedonia del Norte)
Ohrid es el único Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO de Macedonia del Norte, por lo que, si visitas el país balcánico, vale mucho la pena que te dejes caer por esta ciudad. A pesar de que monumentos como la Iglesia de Santa Sofía fueron construidos durante el Primer Imperio Búlgaro, la influencia bizantina se deja ver desde el tipo de arquitectura al tipo de cristianismo, el ortodoxo, al que está consagrada. También tiene una fuerte influencia bizantina la famosa Iglesia de San Juan Kaneo, un hermosísimo templo que se alza sobre el lago Ohrid en una estampa de fusión entre naturaleza y cultura hermosa como pocas.
Mistra (Grecia)
Mistra es Patrimonio de la Humanidad y no es para menos dado que es un auténtico museo bizantino al aire libre. No puedes perderte la Catedral de Agios Dimitrios o el Monasterio de Pantanassa. Y, cómo no, sus impresionantes murallas que se alzan en el monte Taigento, cerca de la antigua Esparta.
Salónica (Grecia)
Salónica es una ciudad griega que, como no podía ser de otro modo, recibió la intensa influencia bizantina. Quedan los restos de su impresionante muralla, muy similar a la de Constantinopla e igual de impactante. Otros monumentos impactantes son la iglesias de Santa Sofía y Panagia Chalkeon. Ambas presentan la planta en forma de cruz griega tan característica de Bizancio. Además, en el caso de Santa Sofía, podrás apreciar un precioso mosaico de la Ascensión de Jesús en su cúpula.