¿Quieres viajar a un paraíso desconocido y ajeno a la maquinaria de la explotación turística? Ese pequeño rincón existe y se encuentra en el Mediterráneo, es la gran olvidada de la cuenca, Albania. Uno de esos destinos que pronto se popularizarán, con lo que si viajamos ahora podremos disfrutar de su sabor más puro. ¿Qué nos ofrece? Playas casi vírgenes, tesoros de la arqueología y una personalidad única. Tras décadas de aislamiento, Albania se abre al mundo.
Albania: pasado, presente y futuro
Griegos, bizantinos, otomanos, romanos,… todos tuvieron a Albania entre sus fronteras, todos ellos lucharon por controlar esta región estratégica en pleno corazón del Mare Nostrum. ¿La herencia? Templos, teatros, mezquitas,… aquí los trazos dibujados por la historia están presentes en cada uno de sus rincones.

También hay otros matices menos estéticos, aunque no menos interesantes en su historia, el comunismo, que estuvo presente desde 1941 hasta 1991 y que aún hoy muestra sus reflejos, consecuencia directa de las políticas más represivas del régimen estalinista. Su gobierno, bajo el mandato de Enver Hoxha durante 40 años, construyó en torno a 800.000 búnkeres como muestra de una política basada en la paranoia. Pero todas estas imágenes de cubos y refugios se quedan atrás en cuanto nos asomamos a la ribera albanesa.
A día de hoy el país tiene una injusta imagen exterior que lo tacha de inseguro y problemático, algo alejado de la realidad. El origen de esto es que tras la época comunista, en la década de los 90’, el país cayó en barrena alcanzando una tasa de paro del 40%. Esto supuso un período duro y un tanto complejo, con todos los derivados que ese dato ocasionaba. Sin embargo, la realidad de hoy es bien distinta, hablamos de un país que mira a la Unión Europea y que se recupera de las heridas. Una muestra de esto es que la tasa de criminalidad es menor que en la mayoría de los países occidentales, siendo los principales problemas a los que nos podemos enfrentar como viajeros las carreteras y los cortes en el suministro de agua y electricidad.
5 buenas razones para visitar Albania:
- Las playas del sur, impresionantes, recuerdan a la Croacia de hace 20 años.
- La historia del país, una de las naciones con más historia de la vieja Europa.
- El sabor de la cocina mediterránea.
- Un destino con precios realmente bajos.
- En general es un destino en el que se puede huir de las masificaciones.
¿Qué ver y qué hacer?

La naturaleza en este país es omnipresente, dos terceras partes son montañas, a 350 km nos encontramos la costa y el resto es bosque. La capital, Tirana, no es más que una breve parada de la que pronto saldremos en búsqueda de esos espacios verdes. Los que quizás podamos considerar los mejores rincones se encuentran al sur, cerca de la frontera griega. En esta región podemos aunar naturaleza con historia, merece la pena tomarse un tiempo para disfrutar de los parques nacionales del este.
- Tirana, 1 día: el alcalde de la ciudad, Edi Rama, ha hecho un esfuerzo notable por darle un poco de vida a la ciudad y así librarla del gris que la atenazaba, para eso ordenó pintar los edificios de llamativos colores. Aunque el hecho de que sea la capital la hace un poco más cara, merece la pena una breve parada para impregnarnos de su historia. Para quienes disfruten de la fotografía, la ciudad ofrece un auténtico espectáculo de contrastes visuales.
- Berat y alrededores, 2 días: esta zona está a tan solo dos horas de Tirana. Berat es una ciudad blanca repleta de museos, como el interesante Museo Etnográfico. No muy lejos descubrimos Apolonia, una antigua ciudad griega con una importante carga histórica.
- Ribera albanesa, 6 días: el plato fuerte del viaje. Desde Vlora, puerto principal del sur y con una playa realmente atractiva pero con bastante gente en los meses de julio y agosto, bajamos a Saranda. Este es un lugar en el que encontraremos pequeñas calas, algunas playas serán salvajes y otras ofrecerán algún mínimo de infraestructuras. Si tenemos acceso a un 4×4 podremos descubrir auténticos tesoros, aunque estas vías mejorarán pronto.
- Butrint, 1 día: reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un entorno claramente greco romano muy bien conservado. A diferencia de otros restos griegos, este se encuentra en plena naturaleza.
- Korce y Pogradec, 3 días: Korce es unos los puntos más importantes en el desarrollo de la cultura albanesa, un lugar en el que disfrutar de la mezcla de culturas, tanto a nivel arquitectónico como por su población multiétnica. Pogradec está junto al lago Ohrid, muy popular entre los locales. Ambas ciudades se encuentran en pleno parque nacional, a caballo entre Albania y Grecia.
Guía práctica
- ¿Cómo llegar? Las opciones que se nos plantean son haciendo escalas, las más habituales en Italia, Hungría, Eslovenia o Grecia, aunque tenemos diversas alternativas.
Albania - Han en Berat
- Alojamiento: la infraestructura hotelera no es la mejor, aunque tampoco debe ser un problema. Eso sí, como el resto del país está sujeta a cortes eléctricos. El alquiler de una casa ronda los 12 € por noche. Por otro lado, en Tirana, encontramos hoteles de lujo, enfocados sobre todo a los viajes de negocios.
- Transporte: las carreteras no están en muy buenas condiciones, la red ferroviaria casi no existe, los minibuses no son la mejor alternativa,… realmente es recomendable alquilar un coche y evitar conducir de noche.
- Moneda: la moneda de curso legal es el Lek, los precios en general son muy bajos.
- Entrada: como ciudadanos de la UE podemos entrar con el carne de identidad, sin embargo es recomendable llevar el pasaporte.
Lo cierto es que es un destino para descubrir, uno de esos lugares de los que muchas veces no sabemos mucho o tenemos una imagen distorsionada pero que enamoran cuando los descubres, un país al alza.