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El Magazine del Viajero
  •   4 min lectura

Cuando se viaja cerca de casa o al otro lado del mundo, uno de los mayores atractivos de la aventura suele ser la observación de la fauna. Para aprovechar al máximo tus dos pasiones, los viajes y la vida salvaje, descubre nuestra guía de buenas prácticas para contribuir positivamente a su conservación. Por cierto, si te has animado a viajar para ver animales, te aconsejamos nuestro artículo sobre los animales más emblemáticos de Canadá. Un país muy visitado por su riqueza faunística. Una riqueza, por cierto, que nada tiene que envidiar a la nuestra; de hecho, si quieres un viaje por lo más auténtico de la fauna española, aquí te dejamos nuestro artículo sobre los animales que sólo hay en España y dónde verlos. Y también te sugerimos que amplíes información con nuestro artículo sobre las atracciones turísticas poco respetuosas con los animales.

1. Mantener la distancia con los animales

Tanto si vas a observar osos en Canadá, como si vas a ver ballenas en Islandia o a un safari en África, la regla es la misma: mantén la distancia. No sólo es esencial para su seguridad, sino también para evitar molestar a los animales en su entorno natural, distorsionar su comportamiento o incluso transmitirles enfermedades. Esta buena práctica va acompañada de no alimentarlos. Esto podría alterar sus hábitos de alimentación y afectar a su capacidad natural de supervivencia.

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2. No te hagas selfies con animales salvajes

Esta es también una tendencia muy popular. En todo el mundo te ofrecerán hacerse una foto con un animal por unos pocos euros. Puede ser un mono o una serpiente en Marruecos, un tigre en Tailandia, un cocodrilo en Egipto… ¿El problema? Para ser domesticados, los animales suelen ser drogados o maltratados, a veces sin sus dientes o garras.

3. Elige excursiones respetuosas con los animales

Si tienes la posibilidad de optar por medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente, como el kayak o la vela para tus desplazamientos por el mar, o caminar y montar en bicicleta para moverse en tierra, no sólo contribuirás a reducir las emisiones de CO2 relacionadas con sus viajes, sino también al bienestar de los animales en su entorno natural. Al nadar o bucear, por ejemplo, recuerda hacer lo correcto para proteger la vida submarina: no cojas conchas, no toques el coral e infórmate sobre las especies protegidas y la normativa. Por último, opta por excursiones en grupos reducidos y por proveedores de servicios comprometidos con la causa animal y medioambiental. El objetivo: dejar el menor rastro posible de su visita.

4 . Nunca lleves animales exóticos a casa

¿Siempre has soñado con adoptar un mono, una tortuga o un loro? Muchos destinos, como Indonesia y Hong Kong, ofrecen a los turistas la posibilidad de llevarse a casa un recuerdo vivo y original. El problema es que, al adoptar un animal exótico en el extranjero, se corre el riesgo de contribuir al tráfico ilegal de animales salvajes y participar de alguna manera en la extinción de ciertas especies amenazadas.

5. No compres recuerdos hechos con animales

En la misma línea del punto anterior, si crees que la vida de un animal es más importante que un objeto, olvídate de comprar souvenirs como collares con dientes de tiburón, pieles, marfil o moluscos… Estos productos fomentan la captura de animales salvajes y los métodos de sacrificio crueles.

6. Negarse a comer animales salvajes

En muchos países, la fauna salvaje, aunque esté en peligro de extinción, es una curiosidad culinaria para los turistas. Por ejemplo, es posible comer ballena en Islandia o carne de tigre en China. Sin embargo, es esencial rechazar este tipo de comportamiento, que es perjudicial para los animales y los ecosistemas.

7. Aprender a distinguir entre cultura y crueldad animal

La fiesta de la carne de perro en China, las corridas de toros en España… Muchos eventos en todo el mundo promueven su patrimonio cultural a costa del bienestar animal. Participar en este tipo de eventos fomenta directamente la crueldad hacia los animales.

Plano de detalle del ojo de un animal

8. No asistir a actividades y espectáculos con animales

¿Tienes la oportunidad de asistir a un espectáculo acuático con delfines u orcas? ¿Un espectáculo con monos acrobáticos? ¿O dar un paseo a lomos de un elefante? Desgraciadamente, detrás de estos espectáculos y actividades se esconde el maltrato de los animales, muchos de los cuales son capturados en la naturaleza y, por tanto, arrancados de su entorno natural… Aunque, a primera vista, la actividad y la organización que has contratado parezcan correctas, recuerda siempre comprobar su compromiso con la causa animal. Cuando se proponen actividades que implican un contacto directo con animales salvajes domesticados, es posible que se considere al animal como una mera atracción lucrativa, en detrimento de su bienestar.

9. Llevar tus propias pertenencias

Puede resultar tentador utilizar una alpaca para transportar tus pertenencias mientras escalas los Andes, o cargar tus bolsas y agua en una mula o un caballo mientras haces senderismo en las montañas o el desierto… Sin embargo, recuerda que ningún animal está diseñado para cargar más del 15% de su propio peso.

10. Hacer algo por los animales

¿Te gustaría combinar los negocios con el placer en su próximo viaje y hacer algo por los animales? Proteger los lugares de anidación de las tortugas en Grecia, la fauna de la selva amazónica en Perú o los animales exóticos en Costa Rica… Hay muchas oportunidades para ser voluntario y actuar para salvar un hábitat o una especie. Para más información, visita la web de World Animal, donde figuran más de 3.000 organizaciones de protección de los animales de todo el mundo.

Voluntariado animal

 


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