Los acontecimientos de la Historia ya no están, han pasado, pero la única manera en que se hacen presentes es mediante la memoria. Tal vez por ello menudeen los monumentos conmemorativos de las principales batallas de la historia. Visitar algunos de ellos sigue siendo impactante, dado que la solemnidad de estos espacios puede hacernos viajar en el tiempo y estremecernos únicamente evocando lo que pudo ocurrir en el mismo lugar que estamos pisando. Acompáñanos en nuestro recorrido por los más interesantes. Si quieres ampliar con otras propuestas te recomendamos nuestro artículo sobre los mejores lugares para hacer turismo bélico.
Monumento a la Batalla de Leipzig (Alemania)
Comenzamos la lista con el que está considerado como el monumento más colosal en conmemoración de una batalla. Concretamente, rememora la victoria de Prusia, Austria, Rusia y Suecia sobre Napoleón, marcando el comienzo del fin del emperador francés. De hecho, fue erigido en 1913, conmemorando el 100 aniversario de esta batalla. El monumento, como te decimos es auténticamente colosal: mide 91 metros de altura, integrando más de 500 toneladas de piedra. Como curiosidad, se trata de un monumento con un interior que puede transitarse. Si entras, podrás admirar un salón con esculturas imponentes.
Monumento a la Batalla de Waterloo (Bélgica)
Seguimos con las Guerras Napoleónicas, en concreto con la derrota que sentenció para siempre a Napoleón, después de haber vuelto de su primer exilio en la isla de Elba para volver a ponerse al frente del ejército francés. Como puedes apreciar en la imagen está construido sobre una colina. Este montículo de 45 metros de altura es artificial y fue construido con restos y escombros de la batalla. En la cúspide se alza la escultura de un león formidable. Es precisamente esta escultura la que da el nombre al monumento, conocido como Colina del Léon. La explicación de por qué se fundieron los cañones franceses para fabricar esta escultura es que el león es la bestia heráldica del reino de los Países Bajos. Si lo visitas puedes subir a lo alto del montículo para disfrutar de las vistas al escenario de una de las batallas más decisivas de la historia de Europa.
Parque Memorial de la Paz en Hiroshima (Japón)
Estamos ante un monumento especial dado que no conmemora tanto una batalla como una acción bélica inédita hasta aquel entonces: un bombardeo nuclear. En apenas unas horas, unas 140.000 personas murieron a consecuencia de la detonación de la bomba atómica y por las heridas producidas. Destaca por su significación histórica la conocida como Cúpula de la Bomba Atómica, el edificio del Auditorio de Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima. El edificio más cercano al epicentro de la detonación atómica cuyos restos aún se conservan. No menos impactante es el Monumento a la Paz de los Niños. Fue construido en homenaje a todos los niños que sufrieron las consecuencias de la bomba atómica, los cuales quedan representados por una escultura dedicada a Sadako Sasaki, una niña que murió de leucemia a causa de la radiación.
También merece la pena visitar la Casa del Descanso, otro edificio que no fue arrasado por la explosión a pesar de ubicarse muy cerca del epicentro. De las personas que se encontraban en su interior en el momento de la explosión sólo sobrevivió una, fundamentalmente porque se encontraba en aquellos momentos en el sótano. Esa es la razón por la que hoy en día el sótano se ha dejado tal y como quedó. Un testimonio vivo de la destrucción atómica.
Monumento a la Batalla de Verdún (Francia)
La batalla de Verdún fue una de las batallas más sangrientas del frente occidental en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Un frente caracterizado ya de por sí por haber sido una auténtica picadora de carne. Sus números son abrumadores: 700.000 bajas en apenas 10 meses de combate. Hoy se conmemora con este monumento, que realmente es un osario. En efecto, el Osario de Douaumont alberga los restos de casi 150.000 soldados, muchos de ellos no identificados. Este osario está coronado por una enorme torre de casi 50 metros construida en un estilo próximo al Art Decó. En definitiva, un monumento impactante por su contundencia arquitectónica y por la presencia abrumadora de la destrucción que supuso esta batalla.
Monumento a la Batalla de Stalingrado (Rusia)
En la ciudad de Volgogrado (la antigua Stalingrado) se encuentra este monumento, el cual acoge una de las esculturas más grandes del mundo. En efecto, es una colosal estatua de 85 metros que representa a una mujer con una espada en actitud de liderar un llamamiento. No en vano se llama “La Madre Patria llama” y representa el sacrificio y tenacidad de los rusos en una de las batallas más sangrientas no sólo de la Segunda Guerra Mundial sino de la Historia de la Humanidad. En este complejo se encuentran también otros monumentos conmemorativos menores y un Museo de la Batalla de Stalingrado perfecto para los amantes de la Historia.
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