Hombre y naturaleza: una batalla que se inició en los albores de los tiempos, la misma que nos hizo olvidar que formamos parte de esta… Pero ella trabaja de forma minuciosa, pausada, durante siglos ha impuesto una serie de “leyes” imposibles de eludir… menos para ella misma. En esta ocasión os traemos algunos ejemplos de estos actos de “locura” natural que aún no hemos logrado entender…
La mano del hombre ha creado los mayores enemigos de la que en otros tiempos llamaron madre tierra… y por tanto de nosotros mismos. El enfrentamiento entre el hombre desnaturalizado y la naturaleza siempre tiene un ganador claro, el segundo contrincante es imbatible, por mucho que queramos pensar lo contrario, pues al fin y al cabo somos parte de ella, la necesitamos y esto no es recíproco…
Pese a todo, en ocasiones nos muestra una cara muy diferente, una a la que no le encontramos el sentido. ¿Cómo? Con eventos impredecibles e inexplicables, si creemos haberlo visto todo… estamos lejos de la realidad.
¡Bienvenidos al “Tu no has visto nada, eso nunca pasó” tour!
Lluvia de peces
No, no es una metáfora o alguna otra figura retórica, es tan literal como sorprendente. Este hecho, repetido en la historia, no es un mito, es algo comprobado y al que los científicos siguen buscando explicaciones plausibles. Casi todos los años, en los meses de junio y/o julio, en un pueblo de Honduras llamado Yoro experimentan unas tormentas un tanto especiales. Llover llueve, pero no solo agua, si no también peces… Como era de esperar, lo habitantes locales lo ven como un acto divino, mientras tanto los científicos buscan un por qué. ¿Corrientes de aire que levantan bancos de peces? Comprobado que… no… Lo único seguro es que este hecho da comienzo a una festividad que recibe el nombre de este peculiar evento, ¿el menú? Pescado, por supuesto.
Destacar que no es el único animal que ha llegado en lluvias, pues también son habituales las de ranas o arañas. Una pregunta, ¿alguien sabe algo de las muertes repentinas de aves? Otro evento que se produce en masa y al que aún no se ha encontrado una explicación convincente.
Vuelos baratos a San Pedro de SulaAntártida: glaciar Lambert
Aquí se produce uno de los fenómenos naturales más espectaculares del mundo, sin embargo es uno de los menos conocidos y visitados. ¿El motivo? Sobre todo por la dificultad en el acceso, tan solo unos pocos viajeros llegan hasta aquí cada año, lo cual puede ser algo muy positivo. El hecho se produce en el que es considerado uno de los glaciares más grandes del mundo, con sus 400 km de largo y sus 100 km de ancho. Tiene un rasgo que lo diferencia de todos los demás, el color verde botella de sus icebergs. Esto aparentemente se debe a la alta concentración de materia orgánica en el hielo, sin embargo, los científicos tienen serias dudas de que esta sea la razón real. Sea como fuere, el efecto crea esta peculiaridad que es todo un espectáculo.
Pitch Lake, Trinidad y Tobago
Uno de los lugares más llamativos de la isla de Trinidad, un depósito natural de asfalto que se extiende a lo largo de 40 acres y con unos 80 metros de profundidad en su centro. Durante siglos los habitantes de estas tierras lo consideraron como una maldición de los dioses, sin embargo, a día de hoy, se reconocen las ventajas de este peculiar lago. Una de ellas es el turismo que atrae a numerosos observadores de aves, pues por aquí pasan especies muy raras, otro punto es la sustancia natural que se extrae de sus aguas con regularidad. En la época de lluvias, se crean charcos que expulsan un calor similar al de los baños termales. Desde luego es cuanto menos curioso…
Vuelos baratos a Trinidad y TobagoFuego de San Telmo
En este caso, sí se conocen los motivos, sin embargo es igualmente llamativo. Se trata de un fenómeno relativamente habitual en los vuelos, estos vídeos, una muestra de ello. Cabe destacar que pese a su espectacularidad es totalmente inofensivo.
En un vuelo Barcelona – Sevilla:
Otra muestra más:
Centellas y bolas incandescentes
Se trata de bolas normalmente del tamaño aproximado de una pelota de golf, en ocasiones bastante más grandes, que aparecen en las tormentas, haciendo incursiones puntuales en casas a través de las ventanas. Lo curioso es que no emiten calor, pese a ser incandescentes, ni olor alguno. En ocasiones no hacen más que un leve sonido cuando entran en contacto con artilugios eléctricos, otras veces producen violentas explosiones. Es algo realmente polémico, pues se conoce como un efecto atmosférico, pero no se sabe nada de su naturaleza física, lo que como era de esperar acrecenta su leyenda.
Para despedirnos una reflexión, la expresión que para nosotros es “llueve a cantaros” en inglés se traduce como “llueven perros y gatos”… da que pensar, ¿no?