¿Qué sucede cuando los dueños de una empresa hacen apuestas de Fórmula 1? Pues que uno pierde y se ve en la obligación de vestir como una azafata. El destino jugó con el multimillonario y dueño de Virgin Atlantic, Richard Branson.
Branson y Tony Fernandes, ambos propietarios de escuderías de Fórmula 1, apostaron en la mayoría de los puntos durante esta temporada. Y los dos han obtenido la impresionante cantidad de… 0, quedando siempre tras nombres conocidos como Ferrari o Renault.
Sin embargo, se confirmó que Lotus, propiedad de Fernandes, fue más eficiente que Virgin Racing en el transcurso de la temporada. ¿Adivináis qué hace un auténtico líder…?
¿El resultado? Branson perdió la apuesta y tiene que responder como un caballero….
Vale, pero… ¿cuáles eran las condiciones de la apuesta?
Tony Fernandes se presentó en la ceremonia de clausura de la temporada con el uniforme que su amigo y adversario tendría que ponerse. Este respondió de una forma muy simpática admitiendo el acuerdo según el cual el perdedor debía vestir de azafata y realizar el servicio a los pasajeros de la aerolínea del rival.
Si la idea os parece buena, preguntad lo que piensan los pasajeros a bordo del vuelo de Air Asia con salida de Kuala Lumpur y destino Londres. ¿Quizás habrían preferido una atractiva azafata? Pues ha tocado un dueño con bastante humor.
Además, parece ser que la apuesta también estipula que se subastarán billetes de avión para el “evento” y los beneficios se donarán a caridad. Buen epílogo para una historia bastante curiosa.
Por suerte, parece ser que antes de enfundarse su nueva indumentaria, Branson irá a hacerse la cera…
¡Disfruta del vuelo Richard!
Fotos de: gulltaggen / flickr cc, Autohebdo.fr.