En el Magazine del Viajero celebramos el 400 aniversario de la muerte de Shakespeare.
Como ya hicimos con el aniversario de Cervantes, en el Magazine del Viajero dedicamos un artículo a celebrar la figura de Shakespeare, quien también murió en 1616. Te proponemos un recorrido por las ciudades y países que inspiraron algunas de sus más conocidas obras. Escocia, Italia, Navarra, Dinamarca y más. Acompáñanos en este recorrido e inspírate para tu próximo viaje.
Hamlet (Dinamarca)
Algo huele a podrido en Dinamarca… Una afirmación muy cierta atendiendo al abanico de traiciones, bilis, sangre y casquería desplegado por esta obra, en la que ciertamente muere hasta el apuntador. Seguramente esta fuerza trágica esté detrás de su éxito a lo largo de los siglos; Hamlet es, de hecho, la segunda obra de ficción más recreada de la Historia después de la Cenicienta e ingredientes no le faltan, desde luego. El más destacado, su condición de clásico: las disquisiciones existenciales de Hamlet, príncipe de Dinamarca, con la calavera de Yorick no han perdido actualidad desde que se estrenara la obra a principios del siglo XVII.
Si te apasiona la figura de Hamlet, te aconsejamos que visites la localidad danesa de Elsinor, en donde se encuentra el famoso castillo homónimo en donde transcurre la acción de esta famosa tragedia. Una construcción que ha perdido parte de su prestancia medieval, pero que sigue siendo una visita interesantísima para los más mitómanos. ¿Lo eres o no lo eres?
El mercader de Venecia (Venecia)
¿Qué pasaría si contrajeras una deuda y tu prestamista quisiera cobrarse una libra de tu carne en caso de que no la pudieras pagar? De eso y bastante más es de lo que trata El Mercader de Venecia. Una de las obras más famosas de Shakespeare y que contiene uno de los más elocuentes alegatos a favor de la igualdad: la del judío Shylock, quien llevado por el resentimiento busca cobrarse a toda costa una libra de carne del mercader Antonio. Una brutalidad que ha pasado al lenguaje común inglés mediante el verbo shylock: prestar dinero a un alto interés.
¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido por las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
Y, en fin, qué deciros de la hermosa ciudad que la ambienta que no os hayamos contado ya en nuestro artículo sobre las cosas que hacer y ver en Venecia.
Otelo (Chipre)
Aunque el título completo es Otelo, el moro de Venecia, gran parte de la acción transcurre en Chipre, isla que hoy pertenece a Grecia y a Turquía pero que en el pasado formaba parte de los dominios de la ciudad italiana. La obra es toda una tragedia que gira alrededor de los celos, de los equívocos y las maquinaciones. Fue desde el principio una de las obras más admiradas de Shakespeare, siendo adaptada en multitud de óperas y películas. Cuenta, además, con algunos de los más hermosos momentos literarios de Shakespeare. Cómo olvidar, por ejemplo, aquello de
Esposa mía, quise besarte antes de matarte. Ahora te beso, y muero al besarte
La acción transcurre en el conocido como Castillo de Famagusta en Chipre. De estilo gótico, constituye una visita que vale mucho la pena. Una buena manera de rememorar las desdichas y tormentos del Moro de Venecia.
Trabajos de amor perdidos (antiguo Reino de Navarra)
Es una de las comedias más tempranas de Shakespeare. Allí desplegó el genio inglés su talento para las situaciones de enredo y amorosas. Un planteamiento que sirve de excusa a Shakespeare para reflejar su particular visión de las relaciones amorosas como un ir y venir sin demasiado sentido pero tampoco sin excesiva tragedia. Es, al mismo tiempo, también una de sus obras más complejas y elaboradas en lo lingüístico. Existen varias adaptaciones cinematográficas de la misma, siendo la versión homónima de Kenneth Branagh la más recordada.
Aunque en la época el Reino de Navarra abarcaba mucho más territorio que en la actualidad (de hecho poseía tierras de la actual Francia), el castillo de Olite es a menudo el escenario en donde se ruedan adaptaciones para la gran y pequeña pantalla. Una visita, en cualquier caso, muy recomendable.
Romeo y Julieta (Verona)
Sin duda la obra más famosa y más adaptada de Shakespeare. Una historia de odios y amor condenado al fracaso tan conocida que no requiere de introducción. Es por eso que simplemente te recomendamos que visites la ciudad italiana que dio a el desdichado Montesco y a la desdichada Capuleto la condición de “amantes de Verona”. Ahí podrás ver, por ejemplo, el edificio que se piensa corresponde con la Casa de Julieta. Una buena ocasión para rememorar tu obra de teatro favorita y, ya de paso, suspirar un poco.
Macbeth (Escocia)
Otro de los grandes clásicos shakesperianos que, como es costumbre en sus tragedias, explora las profundidades de uno de los más devastadores sentimientos humanos: la ambición de poder. Es una de sus tragedias más breves, pero también de las más descarnadas por su violencia y la presencia de episodios sobrenaturales. Nos muestra las intrigas y violencias que el barón Macbeth despliega, alentado por Lady Macbeth, para hacerse con el trono de Escocia. Un hilo conductor que queda salpimentado con brujería, locura, sonambulismo y profecías. Elementos que convierten a esta tragedia en una de las piezas más admiradas del genio inglés.
Como suele suceder con las historias de ambición y ansias de poder desenfrenadas, pocas cosas les sobreviven. Sin embargo, todavía puedes visitar la colina de Dunsinane, en donde se sitúa parte de la acción. Un paraje que queda mencionado por la obra de Shakespeare y que es hoy un lugar enmedio de la naturaleza en el que se pueden obtener maravillosas vistas. Hay quien dice, incluso, que las ruinas que se conservan son del antiguo castillo de Macbeth.
Sueño de una noche de verano (Atenas)
Aunque se sitúe en Atenas, poca cosa de la antigüedad clásica aparece en esta obra excepto algunas referencias a personajes de la mitología griega. Realmente, el “Sueño de una noche de verano” es todo un despliegue de fantasía y de sincretismo: su mundo está poblado de criaturas que, como hadas y el célebre duendecillo Puck, Shakespeare tomó de la mitología nórdica. Una apuesta deliberada por la imaginación, encarnada en un bosque mágico en el que confluyen varios personajes: los amantes Teseo e Hipólita, las hadas, su rey, Oberón, y una compañía de comediantes. De nuevo la idea del amor como algo etéreo y caprichoso es abordada por Shakespeare, aunque de una manera tan fantasiosa y encantadora que es todavía hoy una de sus obras más celebradas.
muy genial me gusto
¡Muchísimas gracias, Rosa!
Me gusta mucho lo que escribe, invita a la lectura al cine y sobre todo a viajar por todos esos lugares románticos, mágicos y misterioso.