El jardín japonés comparte con el francés y el inglés el privilegio de ser uno de los tipos de jardines más admirados (y copiados) del mundo. A ello contribuye, sin duda, su incuestionable belleza. Su diseño esquemático y equilibrado, que muchos ven como una manifestación del Zen, la particular visión del Budismo japonesa. La buena noticia es que para admirarlos no es necesario viajar al país nipón. Existen lugares, muchos de ellos en Europa, dónde hacerlo. A continuación te mostramos los lugares que albergan los jardines japoneses más bonitos fuera de Japón. Y, si quieres ampliar, te aconsejamos la lectura de nuestro artículo sobre los jardines más bonitos del mundo. Aunque, si vas a ir a Japón, encontrarás muchos de ellos en las inmediaciones de los templos más bonitos de Japón. Y si lo que te chiflan son los jardines, aquí te dejamos los jardines más bonitos del mundo, los jardines más bonitos de España y los jardines islámicos más bonitos del mundo.
Jardín Japonés de Hasselt (Bélgica)
En esta localidad belga se encuentra el que, con sus 250 hectáreas de extensión, está considerado como el jardín japonés más grande de Europa. Fue diseñado, además, por el arquitecto japonés Takayuki Inoue. En él encontrarás todo lo que caracteriza un jardín de estas características: cursos de agua, cascadas, puentecitos, casas que recrean edificios tradicionales japoneses y también una casa de té. Y, sobre todo, cerezos, muchos cerezos. Hasselt se ubica a 1 hora en coche de Bruselas y su parque japonés abre las puertas de 10 a 17 horas exceptuando los lunes. La entrada cuesta unos módicos 3 euros, aunque los menores de 12 entran gratis.
Setagaya Park (Viena)
De menores dimensiones que el de Hasselt, el jardín japonés de Viena es uno de esos rincones desconocidos de la ciudad que te permitirá descubrir la capital austriaca desde otro prisma. Sobre todo si asocias Viena a los grandes jardines de estilo europeo que pueden verse en Belvedere y Schönbrunn. El jardín Setagaya Park fue inaugurado en 1992 y se debe al buen hacer de Ken Nagajima. Es, como te decimos, pequeño (se recorre en media hora), pero no le falta nada: esculturas, cascadas, un estanque con peces, pagodas, un puente y una casa de té. Lo encontrarás en la Gallmeyergasse 4. Eso sí, ten en cuenta que sólo abre sus puertas en los meses con buen tiempo: entre abril y octubre.
Japanese Garden (Wroclaw)
Uno de los jardines japoneses más antiguos de Europa. Se ubica en la actual Wroclaw, antigua Breslavia, pues este era el antiguo nombre germanizado. La influencia alemana, en este punto, también está presente en la fundación del jardín, dado que el impulsor del proyecto fue el Barón Fritz von Hochberg. Un admirador de la cultura japonesa que no dudó en contratar a un japonés, Mankichi Arai, para que realizara el diseño. Aunque con posterioridad, sus estructuras fueron desmontadas, fue en los años 90 cuando se reconstruyó con el aspecto que podemos ver hoy. Cuenta con casi 7 hectáreas de extensión, pobladas por más de una decena de miles de plantas. Abre todos los días de 9 a 19 horas entre abril y noviembre. El precio de la entrada gira alrededor de los 2€.
The Japanese Garden (Los Ángeles)
Como veremos a continuación, Estados Unidos es especialmente prolífico en jardines japoneses. Y es que, desde la apertura del país nipón se debe en buena parte a la presión de Estados Unidos y su famoso almirante Matthew C. Perry. Tal vez sea por ello que el país americano haya sentido una especial conexión con Japón y ello se refleje en el interés que por su cultura encontramos en los casi 300 jardines japoneses públicos que salpican su territorio. Un ejemplo de ello es The Japanese Garden de Los Ángeles, ubicado en el 6100 Woodley Ave Van Nuys. En él encontrarás lo que ya hemos visto hasta ahora: casa del té, puentes y senderos. Pero lo que destaca son las plantas autóctonas del Japón y su estanque con peces koi. Se trata de un espacio de gran hermosura que, no en vano, ha aparecido en varias películas (alguna de ellas Star Trek).
Japanese Tea Garden (San Francisco)
Este es el jardín japonés más antiguo de Estados Unidos, dado que se construyó como una extensión del Golden Gate Park destinado a integrar una feria mundial que tuvo lugar en California en 1894. Se trata de uno de los jardines más interesantes de la lista desde el punto de vista arquitectónico. Destaca la monumentalidad de su entrada, así de algunos de sus edificios, una recreación bastante fiel de la arquitectura tradicional japonesa. Además, no faltan los farolillos, las estatuas de Buda y extraordinarias pagodas. Y todo ello, como no podía ser de otro modo, rodeado de vegetación japonesa y, sobre todo, cerezos. Si quieres visitarlo, aprovecha: la entrada es gratuita si vas antes de las 10 los lunes, miércoles y viernes.
Jardín Japonés de Buenos Aires
Cerramos la lista con un jardín japonés de excepción ubicado en la capital argentina. Se ubica en la zona de Palermo y fue construido para conmemorar la primera visita de la familia imperial japonesa a Argentina. Tiene una extensión de 3 hectáreas y, además de los elementos comunes a estos jardines cuenta con una exposición japonesa de diferentes objetos nipones (entre ellos kimonos y pintura), un restaurante y un vivero donde comprar bonsáis. De todo su espacio destaca, por ser muy fotografiado, el puente Taiko Bashi, identificable por su llamativo color rojo. Asimismo, tiene diferentes puentes muy curiosos por lo simbólico de sus formas. Por ejemplo, el Puente de las Decisiones presenta una forma en zigzag que representa bien lo tortuoso de tomar ciertas elecciones. Por su parte, el Puente de Dios es muy curvo y, por tanto, difícil de transitar. Tanto, suponemos, como el camino que nos conduce al Ser Supremo. No tan costoso, afortunadamente, como el camino que lleva al parque, dado que sólo cuesta en torno a pesos, es decir, apenas 2 €.
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