Te presentamos los monumentos budistas más interesantes de los principales países de Asia que profesan esta religión.
Si exceptuamos el hinduismo, la fe nacida al calor de las enseñanzas de Buda es la religión de masas más antigua del mundo. Nada más y nada menos que 13 países la tienen como religión mayoritaria y entre 150 y 230 millones de personas siguen a día de hoy las enseñanzas de su fundador, Siddharta Gautama. Una religión de la antigüedad y refinamiento del budismo no podía sino contar con una constelación hermosos monumentos religiosos. A continuación te mostramos uno a uno los más interesantes templos budistas de Asia. Y, si quieres seguir explorando más sobre esta fascinante religión, aquí te dejamos nuestros artículos sobre las esculturas gigantes de Buda más impresionantes del mundo y los errores a evitar cuando visites un templo budista. Asimismo, si te parecen templos curiosos y quieres investigar más sobre este tipo de arquitectura, te recomendamos nuestro artículo sobre las iglesias más raras y curiosas del mundo.
La Gran Estupa de Sanchi (India)
Lo mejor es comenzar esta lista por el principio: con uno de los monumentos budistas más antiguos. Fue mandada construir en el siglo III por Ashoka, el primer emperador indio en abrazar la fe budista. No se trata de un templo en sentido estricto porque su origen inicial fue el de túmulo funerario para albergar las cenizas de Buda. A pesar de ello, con el correr de los siglos inevitablemente se ha convertido en uno de los monumentos más importantes de esta religión. De hecho su tipología ha evolucionado dando lugar a otros tipos de estupas que probablemente son más conocidas: por ejemplo, las que menudean en el Tíbet (más conocidas como chörten). Con todo, la importancia de la Gran Estupa de Sanchi es fundamental, como acredita su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Templo del Diente de Buda (Sri Lanka)
El budismo mantiene un componente de adoración de reliquias que no resulta extraño a otras religiones, como es el caso de la confesión católica en el Cristianismo. Sin duda una de las reliquias más apreciadas de Buda es la que se guarda en el Templo del Diente de Buda en Sri Lanka. Se ubica en la ciudad de Kandy, en un hermoso templo budista construido en el siglo XVIII. Por fuera, el templo muestra el inconfundible estilo Kandyan, basado en la intrincada decoración de las columnas y una inclinación característica de las cubiertas. Por dentro, el interior está a la altura de la reliquia: destaca el lujo de la decoración y la presencia de marfiles.
Templo de Borobudur (Java)
Indonesia, a pesar de ser mayoritariamente musulmana, recibió el influjo irresistible de la India. Una de las muestras es este templo budista, en tipología estupa, que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se piensa que fue construido entre el siglo VIII y IX y destaca por su gran extensión y su decoración a lo largo de más de 2.600 paneles de relieves y 504 esculturas de Buda. Lo fascinante de todo es que esta maravilla permaneció oculta durante siglos inserta en la exuberante naturaleza y a 40 km de Yogyakarta. Este olvido estuvo motivado en buena parte al ascenso de la religión islámica. Fue redescubierta en 1814 y desde entonces es uno de los orgullos de Java.
Ta Prohm (Camboya)
Si te fascina la película Appocalypse Now, tal vez el escondite del Coronel Kurtz te recuerde un poco a Ta Prohm. Nada de extrañar si recordamos que el famoso personaje encarnado por Marlon Brando pasó sus últimos años precisamente aquí, en Camboya. Ta Prohm, ubicado en Angkor, es Patrimonio de la Humanidad y su visita es de lo más recomendable porque está abandonado y todavía podemos ver cómo el entorno, literalmente, devora al templo. Un pálido reflejo de lo que tuvo que ser este templo, símbolo del Imperio Jemer camboyano. Pensado como complejo monástico, abarcaba más de 60 hectáreas que habitaban monjes budistas mahayana y una corte de miles de súbditos. Con la caída en desgracia del budismo y el retorno al hinduismo, el templo sufrió modificaciones en su iconografía y fue finalmente abandonado.
Boudhanath (Nepal)
En Katmandú encontramos uno de los templos budistas de Asia más impresionantes. Estructuralmente se trata de una evolución de la estupa, aunque con una decoración fastuosa fuera de lo común. Destaca el elemento que remata el conjunto, una estructura cuadrangular donde están representados dos ojos abiertos. Toda una representación del despertar que propugnaba Buda (no hay que olvidar que “Buda” significa “el despierto”). Por lo demás, el entorno de esta estupa es vibrante y te cautivará. En sus alrededores podrás ver numerosos creyentes, algún que otro mono y elementos religiosos como las ruedas de oración. Unos cilindros que, si los haces girar, cuentan como una plegaria.
Wat Rong Khun (Tailandia)
En la localidad tailandesa de Chiang Rai encontrarás esta auténtica maravilla. Un enorme templo de color tan blanco que casi parece cubierto de nieve. Se ubica al lado de un curso de agua, que puede sortearse cruzando un puente. La importancia de este elemento viene dada porque una tradición local asegura que Buda cruzó este puente para transmitir sus enseñanzas por primera vez. Sea como fuere, la verdad es que es un templo budista muy moderno, dado que fue construido en 1997. Este hecho, lejos de restarle interés, ha propiciado que en su estructura se encuentren materiales de un gran rendimiento estético como el cristal. Si te animas a visitarlo, te aconsejamos que leas nuestro artículo sobre qué hacer y qué no en un templo en Tailandia. Sobre todo porque los templos budistas abundan en los lugares más bonitos de Tailandia y visitar uno será casi inevitable.
Shwedagon (Birmania)
Un complejo religioso ubicado en la antigua capital del país, Rangún. Fue construido entre el siglo VI y el siglo X y es el centro religioso más importante del país. De hecho, alberga algunas reliquias atribuidas al mismísimo Buda: un trozo de tela y 8 cabellos. El complejo lo preside, de nuevo, una estupa conocida como Shwedagon Paya (paya en birmano significa estupa). El valor artístico y crematístico de la estupa es incalculable dado que está recubierta de oro y en el punto superior luce una corona adornada por miles de diamantes y rubíes. ¡La definición perfecta de lo que es lujo asiático!
Templo de Shaolin (China)
Ponemos un pie en el gigante asiático, uno de los países en los que el budismo ha contado con más creyentes, no sin fuertes encontronazos históricos con los emperadores. De hecho, hoy en día muchos budistas aseguran que si China hiciese estadísticas sobre las confesiones religiosas en el país, el Budismo aparecería como la religión más seguida del planeta. Sea como fuere, China atesora un puñado de templos budistas de excepción. Sin duda, uno de los más famosos es el templo Shaolin, famoso por haber sido el lugar de nacimiento del budismo Zen y, para muchos, también del Kungfu. Si viajas a China, no dudes en visitarlo. Transitar por él y por los edificios del complejo seguramente te impresionen profundamente: más de 1.500 años te contemplan.
Kinkaku-ji (Japón)
Y ya que hemos mencionado el Zen, lo mejor es trasladarnos al país que más asociamos con esta variante contemplativa y quietista del Budismo. Kinkaku-ji es un muy interesante templo Zen construido en el siglo XIV cuya importancia histórica y belleza están bien acreditadas por su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su estructura es vertical y modular, para muchos una una adaptación japonesa de la pagoda china que a su vez procede de la estupa india. Se le denomina también Pabellón Dorado, un nombre que hace honor a su hermosa tonalidad amarilla. El templo se erige imponente ante un lago apacible y cuenta con un hermoso jardín japonés adyacente. Lo dicho: ¡puro Zen! Aunque no es el único templo nipón de gran belleza: en este artículo te mostrábamos los templos más bonitos de Japón.
Potala (Tibet)
Cerramos la lista con uno de los monumentos religiosos y civiles budistas más importantes del mundo: el palacio de Potala. Tal vez sea por su tradicional (y actual) hermetismo que el Tíbet sigue todavía hoy rodeado por un halo de leyenda. Fue de hecho uno de los focos de una de las principales vías del budismo: el vajrayāna. Esta importancia se ve reflejada en la honda espiritualidad budista que impregna la región. Sin duda que una buena muestra de esta religiosidad sea su palacio de Potala en la capital del país, Lhasa. Se trata de un complejo religioso y estatal, dado que era la residencia de los lamas antes de la ocupación china en la segunda mitad del siglo XX. Su arquitectura es impresionante: más de 1.000 habitaciones, dependencias y espacios en los que hay también lugar para salas de oración. En pocas palabras: una experiencia inolvidable.