Gunther Holtorf, su mujer Christine y Otto, el coche de ambos, comenzaron en 1989 un viaje que se ha convertido en eterno. Christine falleció, pero hizo prometer a su marido que continuaría con su periplo. Él, fiel a su amada esposa, cumple con su promesa… por lo que el viaje todavía no ha terminado.
Los viajes siempre llevan aparejadas historias interesantes: 23 años para recorrer todos los países del mundo, viajar sin rumbo repartiendo sonrisas, caminar por el Planeta Tierra, “viajeros eternos”… pero la historia del viaje de Christine, Gunther y Otto es una de las más fascinantes.
En 1989, cuando cayó el Muro de Berlín, el matrimonio alemán formado por Gunther Holtorf y Christine decidió realizar un viaje de 18 meses por África. Por aquel entonces no había vuelos low cost, así que la mejor forma de viajar era en coche. Y qué mejor coche para este propósito que un indestructible y fiable Mercedes-Benz Clase G de 1988.
En pleno viaje descubrieron que este era el modo de vida que deseaban, por lo que tomaron una romántica decisión: pasar el resto de su vida de este modo, viajando.
Así que, en vez de volver a Alemania, continuaron viajando y viajando, visitando países, conociendo culturas, y realizando fotos. Durante su recorrido pudieron visitar incluso Corea del Norte, algo que, según cuenta Gunther, sorprendió sobremanera al Gobierno Alemán.
Por supuesto, este viaje es muy diferente a lo que estamos acostumbrados hoy en día: sin publicidad, ni blog, Twitter o Facebook en el que ir narrando las etapas y países visitados. Y por supuesto con fotos tomadas con cámara de carrete (Leica, eso sí).
Calculan que en este tiempo su coche Otto ha recorrido más de 800.000 kilómetros (unas 20 vueltas al mundo), lo que demuestra la fiabilidad de este Mercedes Clase G: durante todos estos kilómetros no ha tenido ninguna avería seria, más allá de pinchazos o pequeñas reparaciones que Gunther solucionaba en unos instantes.
Hace unos años falleció Christine, pero antes de morir le hizo prometer a su marido que continuaría el viaje a pesar de su ausencia. Gunther mantiene esta promesa y continúa su incansable recorrido por el mundo en memoria de la amada compañera de su vida. Eso sí, su fiel escudero Otto, no le ha abandonado.
¿Qué te parece la historia de Christine, Gunther y Otto?